[Cómic] Mafiosos, asesinos y universos paralelos

[Cómic] Mafiosos, asesinos y universos paralelos

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Pol F 2 marzo, 2015 0

[Posibles spoilers de los tres tomos del cómic Zaya]

Todos hemos pecado alguna vez de elegir un cómic por la portada. Es algo inherente al mundo del tebeo porque estamos hablando de un género de ficción que aúna tanto texto como imagen, así que a veces nos la jugamos y nos leemos una novela gráfica de la que no sabemos nada, única y exclusivamente porque el dibujo es bonito.

Y no, no me mintáis. Lo habemos hecho todos.

Si os consuela, me pasó recientemente con Zaya, cómic cyberpunk de tres tomos escrito por el guionista francés JD Morvan y dibujado por el artista chino Huang-Jia Wei. No hay más que ojearlo por encima y ver la calidad del dibujo para que entendáis por qué me llamó la atención.

Hablemos de arte

Zaya es una historia intergaláctica cuya protagonista da nombre al cómic. Esta mujer se halla en la plenitud de la vida, con una carrera muy prometedora como artista y con dos hijas a las que adora. No obstante, oculta un pasado bastante turbio que sale a la luz cuando es llamada de nuevo a filas por la organización La Espiral para llevar a cabo un trabajito del que poco sabemos.

Se trata de un punto de partida bastante cliché, pero que aplicado a un personaje femenino me parecía bastante más atractivo que el usual argumento de “asesino a sueldo retirado que vuelve a la acción”. Si a eso le sumamos una ilustración que te entra fácilmente por los ojos, no dudas mucho en coger el cómic, sentarte tranquilamente y ponerte a leer.

Portada #1 de Zaya

Y para qué os voy a engañar, la ilustración es una pasada. Wei consigue crear un mundo planetario impresionante basado en una estética de cyberpunk que recuerda a Ghost in the Shell o Akira, incluyendo detalles muy sutiles del steampunk que te dejan con la boca abierta. Las panorámicas de ciudades sucias y decadentes contrastadas con una paleta de colores muy luminosa y un ojo por el detalle a la hora de construir barrios, planetas o naves espaciales, hacen que te pierdas en un universo visual impresionante.

Me parece digno de mención el dinamismo con el que Wei ilustra las escenas de lucha: dentro del caos que la acción produce en la historia, es fácil seguir a los protagonistas entre muchedumbres que gritan y naves que arden. Además, hay una cierta delicadeza a la hora de ilustrar sangre y vísceras (de las cuales Wei no se priva en absoluto), haciéndolo grotesco y a la vez de buen gusto. Un aplauso para esas secuencias gore tan esmeradas.

Pero aunque me encentaría seguir hablando maravillas de Zaya, no es oro todo lo que reluce.

Perdidos en el espacio

A pesar de tener una ilustración sobresaliente, Zaya cojea muchísimo en el apartado de guión. Siendo justa, el inicio del cómic no es nada malo: Morvan arranca un poquitín lento, pero poco a poco va pillando el ritmo hasta que nos sumerge en un mundo de misterios, secretos y una misión de la que nadie sabe nada. La sospecha de que hay algo que no cuadra está muy bien sembrada en el primer tomo del cómic, haciéndote dudar del más mínimo detalle y temiendo bastante por lo que se vaya a encontrar la protagonista.

Steampunk y cyberpunk se mezclan con una paleta de colores muy característica que le da a la ilustración una personalidad propia.

Pero de repente, y sin saber muy bien a cuento de qué, la acción se precipita y a mitad del segundo tomo, Morvan se deja seducir por el mundo que ha creado y decide cambiar el totalmente el enfoque del argumento. Me explico: Zaya pasa de ser una historia pseudo-noir en el espacio en la cual la protagonista tiene que cazar a un asesino, a una historia en la que la protagonista se mete en un berenjenal cósmico espacio-temporal y acaba en una dimensión paralela en la que no ha existido jamás. Y todo de pura casualidad.

No, no me lo estoy inventando.

Una historia de mafiosos persiguiéndose por el espacio se convierte en una historia de universos paralelos en la que da la casualidad de que hay mafiosos. Morvan no sólo rompe con la lógica y el subgénero del argumento, sino también con el ritmo narrativo que había conseguido. Invalida de este modo toda la narración anterior con un deus ex machina que sólo utiliza para cambiar de argumento en un parpadeo.

Huston, tenemos un problema

Los personajes de Zaya en ningún momento están muy desarrollados. Casi todos responden más a un estereotipo que a la construcción original de una dramatis personae en condiciones. Zaya, por ejemplo, es la niña huérfana que se cría en las calles y que se une a La Espiral para proteger a su hermana pequeña. Sus hijas son, además, frutos de una violación incierta la cual se menciona muy de pasada (algo nada original y que además no tiene sentido alguno dentro de la narración, si os soy honesta) y que en ningún momento te hace simpatizar con ella.

Las escenas de acción son fáciles de seguir.

Esto se aplica a todos los personajes de Zaya; son muy guapos y están muy bien dibujados, pero ninguno te provoca sentimiento alguno. Son protagonistas que tienen una función y poco más. En la historia de asesinos y mafiosos que Morvan estaba contando, esto no es especialmente un problema. Te centras en la narrativa y en la historia, utilizando a los personajes para ir moviéndote entre acontecimientos.

No obstante, cuando te marcas un salto espacio-temporal en el que apareces en un universo paralelo en el cual jamás has existido, necesitas unos personajes mucho más pulidos para que te salga bien. Esto, evidentemente, no ocurre. Los personajes no están lo suficientemente construidos para que sientas algo por ellos, o para que te importe lo que les ocurre. Tampoco sientes curiosidad por el hecho de que nadie recuerde a la protagonista porque deduces qué ha ocurrido en un abrir y cerrar de ojos.

La extrema necesidad de acabar el cómic tras este salto en el espacio-tiempo afecta a todos los ángulos de la narración: el ritmo se dispara; el proceso de toma de decisiones es acelerado, casi ilógico y simplista; los diálogos explicativos se multiplican por mil y se vuelven tediosos; en ningún momento da tiempo a profundizar en qué es La Espiral y a qué de dedica en realidad; cualquier rastro de empatía por los personajes desaparece… Suma y sigue.

Portada #2 de Zaya

Todas las molestias que Morvan se había tomado para construir una historia de gángsters intergalácticos se va a tomar viento por querer alargar un cómic con un subgénero completamente diferente al inicial y que te deja con sabor a nada. ¿Es la primera trama una excusa para acabar contándome un viaje por el espacio-tiempo? ¿O es la segunda trama una excusa para escribir tres tomos en lugar de dos?

Sea como fuere, Zaya se sabotea a sí mismo argumentalmente de una forma apabullante, dejándote completamente vacío/a y con la sensación de que has leído una historia sin sentido. Ni el dibujo de Wei lo consigue salvar.

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