Durante el invierno los parques urbanos se convierten en un albergue seguro para un buen número de paseriformes, debido a la variedad y diversidad de especies vegetales que se encuentran en los mismos. Aquí encuentran tanto alimento como refugio, siendo un ejemplo de esto algunas especies de fringílidos como los camachuelos o los pinzones.
Tanto unos como otros suelen alimentarse en el suelo, dado que encuentran un buen recurso alimenticio en los frutos y bayas que quedan en la base de los árboles y arbustos. Por eso resulta contraproducente la limpieza a fondo de los prados del parque y dejarlos como si se fuera a jugar al golf en ellos. Siempre es conveniente dejar zonas sin tocar para que las aves puedan hacer uso de ellas.
Ambas especies pueden consumir una buena variedad de semillas, entre ellas las de fresno, gracias a estar dotados de picos fuertes y resistentes, que no son asequibles a demasiados pájaros. Hace pocos días pude observarlos y registrarlos en vídeo en el parque de La Magdalena en Avilés alimentándose de estas duras y correosas semillas.