¿Cómo servir el vino?
Lo primero que hemos de saber es cómo servir el vino o en qué orden presentar los vinos si se va a hacer una cata de distintos vinos. Esta pauta también sirve para cuando se sirve el vino en la mesa y maridamos cada plato con un vino.
El orden pues a seguir será el siguiente:
- Vino blanco seco (precede a los demás vinos). El vino blanco si se sirven varios se servirá antes los más jóvenes y ligeros y seguirles los de mayor edad o crianza en barrica.
- Vino tinto. En este caso empezaremos por los más ligeros o jóvenes o con menos crianzas (robles y jóvenes) y dejaremos para después los de mayor crianza (en orden: crianza, reservas y grandes reservas) o mayor edad.
Para el final se dejan los vinos de postres como son Moscatel, PX, olorosos dulces, generosos, finos y Fondillón alicantino (como opciones al Cava y Champagne).
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¿Qué es catar?
Catar no es ni más ni menos que fijarnos en lo que estamos bebiendo, sacarle el mayor partido a una copa de vino. Es decir, fijarnos en el color, en los aromas – a que nos recuerda lo que olemos (el vino tiene esa pequeña virtud de hacernos viajar sin necesidad de movernos de nuestra casa)-, y en el gusto – ¿a qué nos sabe? Nos recuerda tal vez a manzana, frutos rojos, o tal vez almendras o vainilla-.
No es una ciencia exacta. A cada uno le puede recordar a cosas distintas, pues no todos tenemos en nuestra memoria los mismos olores y sabores. Nada más divertido que probar a catar con tus amigos y ver como la memoria sensorial en cada uno de nosotros es totalmente distinta. Como a uno le salen antes los recuerdos de barrica o fermentación y a otros las notas totalmente varietales.
En una cata tenemos que recordar también que influye nuestro estado de ánimo, la compañía, los olores, el ambiente etc Y un día que estemos muy cansados podemos no llegar a sacar matices pero si apreciar que un vino está bueno y nos gusta, y para ese día será más que suficiente.
Antes de la cata ¿qué hacer?
- Estar relajado
- Lugar bien iluminado (cuanto más luz natural, mejor)
- Lugar en silencio y sin interrupciones para poder concentrarse mejor durante la cata
Precioso color en copa del whisky.
En la cata hay tres fases: visual, olfativa y gustativa.
Hoy nos centraremos en la primera fase (visual):
La posición de la copa ha de estar ligeramente inclinada (angulo de 45º), con poco vino servido en la copa, sobre un fondo blanco y mirando a través de lo que sería el balón de la copa, desde arriba.
En ella apreciaremos no sólo la intensidad y el color del vino sino también la limpidez y brillo del mismo. La elegancia en la copa muchas veces nos hablará de la calidad del vino que tenemos ante nosotros.
El brillo y la limpidez del vino. El brillo del vino es sobre todo importante en los vinos blancos y espumosos, ya que este brillo depende de la ausencia (o no) de materias en suspensión. Por lo tanto, a mayor brillo, más limpio de otras materias estará el vino.
Hay distintos métodos utilizados por las bodegas para aumentar este brillo, eliminando la mayor parte de materias no deseadas. Los métodos más frecuentes son la Decantación Espontánea, la Clarificación y la Filtración.
Además del color, la limpidez y el brillo, también observaremos lo que se denomina lágrima
Cuando hablamos de lágrima nos referimos a esas huellas o marcas que deja el vino al agitar la copa una vez se ha servido el vino. Esto se produce al ser éste rico en glicerol además de tener otros compuestos que también influyen en esta característica (etanol, azúcar residual, etc.). Es el tercer componente de los vinos. Con un sabor ligeramente dulce transmite al vino cuerpo, consistencia y suavidad. Las concentraciones normales oscilan entre 5 y 15 gms por litro.
Esta fase no debe durar más de unos segundos.