La espinaca, Spinacia oleracea, es una planta anual famosa por sus tiernas y sabrosas hojas ampliamente utilizadas en cocina. La época de siembra es diferente según la variedad que vayamos a cultivar, por ejemplo, la butterflay se siembra durante todo el año, mientras que la espinaca gigante de invierno (como su nombre indica) se siembra durante otoño e invierno.
Consejos para el cultivo de espinacas
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A las espinacas le gustan los suelos con un buen drenaje con mucha materia orgánica y un pH entre 6 y 7. Antes de sembrar fíjate si el sustrato de tu maceta o el suelo de tu huerto urbano cumple con estas condiciones. Para suelos con deficiencia de nutrientes es recomendado aplicar una buena dosis de humus de lombriz como este: humus de lombriz.
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Las semillas de espinaca germinan en suelos cuya temperatura oscila entre los 7 y los 24 grados centígrados. No te preocupes si la temperatura de tu suelo es inferior a los 7 grados centígrados, las semillas de espinaca soportan temperaturas de hasta 2 grados, el único inconveniente es que tardaran más en germinar. No las entierres mucho a la hora de sembrarlas, como norma general las semillas deben enterrarse unas tres veces su tamaño, para las de espinacas bastará una fina capa de sustrato por encima.
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Las espinacas maduras resisten temperaturas atmosféricas de – 7 grados centígrados, no deberás preocuparte mucho por las heladas. Si las plantas están expuestas a temperaturas muy bajas durante una larga temporada (de -7 a +7 grados centígrados) la espinaca producirá flores, esto no nos interesa puesto que las queremos para elaborar ricos platos y cuando generan las hojas resultan más amargas. Lo mismo ocurre con una exposición a temperaturas por encima de los 24 grados centígrados. Si vives en un clima cálido busca una buena sombra que cobije tus plantas.
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Mantén el suelo de tu huerto húmedo, ten cuidado de no anegarlo, el exceso de agua hace que las espinacas espiguen y favorece la aparición de hongos. Para minimizar el consumo de agua y crear las condiciones idóneas recomendamos utilizar un sistema de riego por exudación, el cual mantendrá el suelo húmedo pero no encharcado, además ahorraremos en agua que siempre viene bien. Otro buen consejo es utilizar un acolchado agrícola ya sea de plástico como este o bien uno orgánico. Con el acolchado conseguiremos beneficios para nuestro huerto como: mantener la temperatura del suelo estable, disminuir el consumo de agua y evitaremos que crezcan malas hierbas entre nuestras espinacas que les quiten los nutrientes que tanto les gustan.
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Las espinacas durante su desarrollo requieren muchos nutrientes, pero no cualquier nutriente, si a las espinacas les gusta algo es el potasio, nitrógeno y fósforo. En menor cantidad precisan de calcio y boro. Tener a mano abonos ecológicos ricos en estos nutrientes como son el guano y tres algas sólido siempre nos vendrá bien.