Este miércoles, tiene su lugar en la Desmesurada una reflexión sobre cómo titulamos nuestros post.
Titulares.
Mientras buscaba información sobre temas tan místicos como códigos HTML y CSS, descubrí casualmente un post sobre la estructura básica de una plantilla de blog. Y posteriormente, cómo esa plantilla se complejiza a distintos niveles (ni lo sueñes. No entiendo una pera de códigos y la intuición me avisa de las complejidades en las que no quiero involucrarme) Dentro de mi ignorancia casi impoluta, tengo conciencia de que existen diferentes categorías de títulos en una plantilla de blogger. Claro que si por esas casualidades de la vida un entendido en programación llegara a este post, se cortaría las venas con una galletita al agua después de leer que llamo "categorías de títulos" a las diferentes etiquetas de encabezamiento de HTML...
¿Qué no tenés el gusto? Te las presento. Se llaman: h1, h2, h3 y h4. Si no me equivoco, son hermanas. Por acá tengo una foto de ellas.
Todos los títulos de tu blog son importantes. El nombre, la descripción, el título de las entradas y los que elegís para la barra lateral. Sin embargo, el que tiene más peso en la elección final de los lectores es el título del post. Vas a encontrar cientos de artículos que te enseñan cómo optimizar las etiquetas de encabazamiento para que tu blog adquiera visibilidad en Google. No es mi intención tocar ese tema. Mi fin tiene más que ver con los humanos que con los googlebots. Me interesa más intentar responder cuál es por mecanismo de selección de un lector frente a las respuestas del buscador.
Supongamos un procedimiento básico:
- Todo comienza con un planteo (necesidad de información, búsqueda de inspiración, respuesta a un problema, etc)
- Escribo mi planteo en el buscador.
-En menos de un segundo, el buscador me devuelve centenas de respuestas a mi planteo inicial.
- Y si no encuentra respuestas adecuadas a las palabras clave que utilicé, me sugiere alternativas de búsqueda. Porque los usuarios confían en un buscador que intenta responder a sus dudas.
Mi pregunta es: ¿qué es lo que motiva la elección de un post? Es una pregunta ambiciosa y por cierto, no puedo más que especular una solución. La respuesta inicial es básica y por todos conocida: los lectores tienden a elegir entre las tres primeras respuestas que ofrece la búsqueda realizada. Por eso taaaanta insistencia en el posicionamiento de los post, el SEO y los miles de cataplines y chirimbolos que rodean el universo de la escritura de un blog. Porque los blogs más leídos son los que logran llegar a estas tres posiciones.
Los últimos serán los primeros.
Lamento reconocer que el versículo bíblico se aplica sólo a situaciones simples -como la entrada al cielo, por ejemplo- no al favor de los buscadores de internet. Aunque el dichoso principio de las "tres primeras entradas" no es coherente a mis propias búsquedas, basta con observar a otros usuarios para entender que, casi indefectiblemente, se decantan por una de las tres primeras respuestas a su ciber-búsqueda. Es un procedimiento que no demora más que segundos, sin embargo, se basa en tres decisiones y una pulsión:
- La exactitud del título respecto a mi planteo.
- La validez del sitio en mi contexto (si conozco o no la página en cuestión).
- La descripción del sitio (en el caso de que no lo conozca previamente)
- La suposición respecto a su capacidad de darme una respuesta.
El SEO es un tema que ha hecho correr ríos de código porque estas decisiones se toman en menos tiempo del que me llevó escribirlas. Siguiendo la lógica de la elección, nuestros títulos tendrían que tener tres características:
1- Responder a una necesidad con sus palabras clave.
2- Ser claros y concretos.
3- De extensión mesurada.
Y estas tres características tienen su explicación. Las búsquedas suelen escribirse con palabras que denotan ideas, no con expresiones que connotan ideas. Esta es la gran diferencia con los títulos de una obra literaria. Para el lector virtual la sugerencia no es un valor. La idea es ser lo más claro y específico posible (denotar) y dejar los recursos de estilo (connotar) para otros momentos del texto. Por otra parte, está el asunto de la extensión. Personalmente no es un aspecto por el cual decante mis elecciones, pero en cualquier texto -virtual o no- los lectores focalizan su atención en las tres primeras y las tres últimas palabras. Siguiendo esta lógica, las primeras palabras de un títular deberían ser:
- Atractivas para interesar al lector.
- Específicas como para que tenga la certeza de que el post al que va a entrar le será de utilidad.
En la actualidad estamos viviendo el imperio de las listas. Todo título parece reducirse a una lista de más de siete puntos (por alguna razón de la Cábala, supongo) Las listas son simples, fáciles de leer y responden a una pregunta en pocas palabras. Es verdad, pero...
Las desmesuradas siempre tenemos un pero.
Qué querés que te diga...A mí las listas no me convencen totalmente. De pronto son apropiadas para responder a una dudita de esas impersonales y sin demasiada trascendencia, ahora para quienes buscan crear una comunidad y ofrecer inspiración, información y, por qué no, reflexión, las listas son insuficientes. Yo necesito estilo personal y para eso, sugiero:
1- Sí a generar expectativa.
2- Sí a crear títulos que planteen controversia.
3- Sí al humor.
4- Sí a buscar la complicidad del lector.
5- Sí a tener tu marca personal.
Y además, te cuento uno de esos secretos a voces: tu título no tiene por qué coincidir con el enlace permanente de tu post. En consecuencia, podés tomarte muchas libertades con el título y personalizar la url del post simplemente aceptando la posibilidad que te ofrece Blogger de cambiar el enlace en la barra que se encuentra a la derecha del editor de entradas. Si querés ir un paso más allá, podés tener una url limpita de esas que le darían orgullo a tu madre ("en caso de que te pase algo" como me supo decir durante toda la infancia mi Delia, respecto a las medias, las bombachas y aunque nunca incluyó la conciencia, creo que aplica) Es probable que a esta altura sepas cómo mantener las medias y otras ropas íntimas limpitas y glamorosas, pero por si no sabés cómo generar un enlace personalizado amigable, te paso tres datos:
- usá una o dos palabras clave (para no marear a los robotitos)
- colocalas lo más cerca que puedas una de otra.
- eliminá todo lo que no sea significativo: barras, guiones, preposiciones, artículos, nexos, etc (a Google le importan un bledo. Igual que a mis alumnos...)
Ah, una pena. Pero no tengo idea de cómo se limpia una conciencia.
Aprendiendo a titular.
Es probable que ya uses muchas de estas ideas anteriores, entonces que este post tenga el valor de compendiarlas para que recuerdes que lo que verdaderamente importa son los lectores, aquellos que forman parte de la comunidad que vas creando en torno a tu blog. Un detallito más: ya sé que generé una expectación de miedo con el sillón trágico, no se preocupen...la duda se devela en breve.