Ojalá el Manchester City llegase con 'más vida' a su partido ante el Real Madrid. En el Etihad se verán las caras el equipo que más títulos ha ganado en esta competición contra uno que, por más que diga Roberto Mancini, estaba capacitado para dar mucho que hablar en este torneo.Mucho talento por metro cuadrado como para dejar pasar uno de esos partidos de buen cartel que nos regala la Champions.
Y es curioso que llegará habiendo firmado una goleada de las que dan moral que fue el preludio a la consecución del liderato de la Premier. Un marco moral que debería animar a un equipo que, por otra parte, en Europa, se ha mostrado lejos de ser ese temible adversario que 'complicaba' el designado como grupo de la muerte. Mostrarse a merced del Dortmund en su casa y la injustificable doble actuación ante el que debería ser el equipo ante el que coger oxígeno, el Ajax, hicieron que el globo skyblue se deshinchara casi a la misma velocidad con la que es capaz de poner millones de libras para reforzar cada verano al equipo.Así, el equipo se presentará quizás motivado por el rival, pero con escasas posibilidades de acabar el partido con vida en el torneo si no logra que esa motivación se torne en ambición sobre el césped (y sí, desde las directrices del italiano).El sábado les pudimos ver dominar pero sin la velocidad suficiente como para abrir antes el marcador. Acabaron ganando por 5-0 a un Aston Villa que bajó los brazos tras el segundo tanto; a partir de ahí Silva pudo ir cogiendo forma (clave si Mancini piensa en serio en este partido) y sus delanteros fueron rodando de cara a partidos más exigentes (dos goles de Tévez, dos de Agüero y un gran trabajo al final de Dzeko -no, Balotelli no entró en el partido-)
Once de gala con el cara o cruz europeo ante el Madrid y un enfrentamiento duro ante el Chelsea, ese mar de dudas tras su dura derrota en Turín y el cese de Di Matteo, que también exigirá en el torneo de la regularidad. Algo que invita a pensar en que el City competirá pero no se dejará la vida a no ser que lo vea muy claro.Y con todo esto expuesto, volvemos al debate sobre cuán ético es que un equipo con este potencial y tantas posibilidades se borre de la máxima competición continental tan pronto ha visto las primeras dificultades. Panorama casi idéntico al del año pasado, donde también quedó encuadrado en el grupo más fuerte de la fase pero donde también podía mirar a los ojos a todos sus rivales.¿Por qué no valorar que para jugar esta competición debe hacer una grandísima campaña durante nueve meses? ¿O puede que con Mancini, mientras no haya una 'hegemonía' nacional no se plantee ser igual de temibles más allá de las Islas?
No soy de los que da palos gratuitos al italiano si bien no comprendo, como casi todos, que no sea más atrevido sobre todo en partidos de teórica desigualdad sobre el césped. Hoy no será el día en el que Roberto se 'líe la manta a la cabeza' y trate de ser superior en el césped para serlo también en el marcador, además contará con la relativa urgencia blanca tras el doble pinchazo ante el Borussia de Dortmund, por lo que tampoco será la noche en la que debamos sacar conclusiones definitivas aunque sí sumar argumentos a la hora de hacer un balance cuando sea oportuno.
El City, el campeón inglés con una de las plantillas más potentes del mundo encorsetado por el excesivo racionamiento de su entrenador disputa en unas horas el partido que todo el mundo verá, aunque sea un rato. Con 'el cadáver' de su paisano aún caliente en Londres, ¿podría temer por su puesto a pesar de haber firmado una gran renovación contractual? Ay Mourinho, que te lo han puesto 'a huevo' para dar otra estocada a otro de tus máximos rivales a nivel individual.