Cortar todo contacto con la persona a la que todavía sigues amando es durísimo. Sobre todo cuando sabes que un quiero volver te sacaría automáticamente de este insoportable estado de dolor. Pero si has asumido que ya has hecho lo que está en tu mano y lo único que te queda por hacer es apostar por ti y recuperarte, ésta es la mejor manera de sobrevivir al contacto cero y no morir en el intento.
¿Para qué sirve el aislamiento emocional con la ex pareja? Nos ayuda a asumir la pérdida, a poder avanzar y a recodar quienes éramos antes de ser un pack complejo con otra persona. También significa tomar el control sobre una situación en la que hasta el momento, hemos sido como marionetas en manos de los vaivenes, confusiones, dudas y tiempos de quien nos ha dejado.
A veces la ex pareja ha sido clara y tajante, y somos nosotros quienes insistimos en prolongar la agonía de la post-relación, intentando obtener aunque sea una amistad a modo de premio de consolación (y con la secreta esperanza de reconquistar al otro mientras tanto). A veces, nos conformamos con un triste: ¿cómo estás? un par de veces al mes. Como en plan, me ha dejado, no me quiere, ¡pero todavía conserva las formas! (¿qué bien, no?).
En esta etapa en la que estamos como en tierra de nadie -ni nos marchamos ni acabamos de dejar que se marchen – emocionalmente nos sentimos estancados, pues nos situamos en un estado intermedio entre el pasado y el presente, sin poder optar materialmente por ninguno de los dos y saltando de la depresión por lo que pasó, a la ansiedad por lo que podría pasar.
A partir del punto en el que decidimos la distancia total, iniciamos el proceso de duelo.
Una vez nos alejamos de aquello que nos está dañando, lo más recomendable es evitar que nos llegue información sobre la ex pareja, ya sea a través de medios sociales, terceras personas o nuestro teléfono móvil. Si resulta muy difícil, la mejor opción es bloquear y eliminar de todos estos medios el contacto del otro.
El beneficio inmediato de estas acciones conllevará eliminar la angustia que nos produce estar a la espera de llamadas, mensajes o whatsapps.
Pero…al sobrevenir la calma, es habitual preguntarse qué estará haciendo la ex pareja y generalmente en nuestra cabeza, la ex pareja siempre está pasándolo fenomenal mientras tú estás sufriendo en soledad como un perro abandonado. Son pensamientos que no se fundamentan en nada real y en ocasiones, pueden llevar a tantear con curiosidad por algún medio para obtener información que confirme esas sospechas.
Entonces, empieza la juerga. Veamos.
1) Si miras su Facebook y no hay actividad, pensarás que se lo está pasando tan bien que no tiene tiempo ni para actualizar su muro. Consecuencia: bajón.
Si está usando el Facebook, el abanico de posibilidades es maravilloso. Si añade nuevos contactos, te hundirás porque está haciendo vida social y pasando de ti. Si pone frases lastimeras, te comerás la cabeza pensando qué querrán decir y si irán por ti. Si miembros del sexo opuesto hacen comentarios en su muro, pensarás que está de orgía en orgía. Si cuelga fotos de fiestas, cenas, reuniones y demás, ya ni te cuento.
2) Si miras su Whatsapp (o similares) y pone estados en plan ¡estoy feliz!, te sentirás mal.
Si entras a su conversación y está en línea, por supuesto, está ligando con alguien. Ese alguien siempre estará más bueno/a que tú, será más listo/a que tú y con él/ella le irá mejor que contigo.
Si pone frases misteriosas, te sentirás mal porque no sabrás si van por ti y además te comerás más la cabeza.
3) Si hablas con terceros y te dicen que está fatal y llorando en su cama sin superar la ruptura: dirás ¡¡¡y si sufre tanto porqué no vuelve conmigo!!!
Si te dicen que está saliendo y entrando y se le ve muy bien: ¿¿es que no siente nada??
4) Si ya directamente coges y le llamas: si su tono es alegre, te sentirás mal. Si su tono es triste, te sentirás bien un rato y volverás a preguntarte que si está tan triste porqué te deja.
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Conclusión: hagas lo que hagas, el resultado que obtienes siempre es el mismo. Que esa persona ya no está contigo y da igual lo que haga con su vida a partir de ahora, porque saberlo no te va a solucionar el papelón de superar la ruptura.
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¿Qué pasa si rompo el contacto cero? ¿Volveré a sufrir como en el principio?
Lo bueno de romper el contacto cero es que habitualmente sirve para recordarte por qué estás haciendo contacto cero. Si hacerlo te ocasiona malestar, no necesitarás que yo, o nadie te aconseje. Tus mismas emociones te estarán diciendo: por aquí, no.
Cuando las fuerzas flaqueen, recuerda siempre que en todo momento estás cambiando: que nada es nunca como fue y hagas lo que hagas, siempre caminarás hacia adelante. Ningún día es igual que el anterior. Romper el contacto cero suele producir un buen bajón, pero no te devuelve atrás en el tiempo.
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¿Realmente sirve el contacto cero? ¿No sería mejor quedar bien con mi ex pareja?
En una situación de dolor en nuestras vidas, no es momento para preocuparse en quedar bien, sino en estar bien.
Distanciarte de la persona no resuelve ni tu apego, ni tu dependencia, ni tu sentir en el momento en el que lo haces, pero es una pequeña inversión diaria para recobrar el bienestar, las ganas de vivir y las ganas de volver a amar.
¡Mucho ánimo!