Cómo secar guindillas de manera simple y eficaz
Mi cosecha de guindillas ha sido abundante y, aunque sea una gran aficionada a añadirle un toque picante a salsas y aliños, mi ritmo de consumo no ha sido suficiente como para acabar con las existencias, de modo que me decidí a secar las sobras. Resulta muy sencillo, se hace en apenas 5 minutos y da muy buenos resultados. Después, se pueden conservar enteras guardadas en un tarro o machacarlas en un mortero, convirtiéndolas en un polvo fino y riquísimo, muy fácil de aplicar a cualquier plato y darle así algo de vidilla. Os explico cómo lo hago:
1. Retira las zonas dañadas y con rasguños
Las pequeñas heridas facilitan que esa zona se pudra en lugar de secarse, asegúrate de eliminarlas para que el proceso salga a la perfección
2. Ata las guindillas
Aunque yo siempre he visto las ristras de pimientos y guindillas a secar juntos y apelotonados, siempre me ha dado mejor resultado atarlos con cierta separación. De este modo hay más aireación entre ellos y corres menos riesgos de que se pudran. Más importante todavía si, como yo, vives en una zona de elevada humedad ambiental, como es el levante Valenciano.
Tip: Átalas con fuerza o, aún mejor, cose el tallo al cordel para evitar que se caigan (cuando se secan pierden volumen)
3. Échale un ojo al tiempo
Es importante en estos casos tener siempre un ojo en el cielo, puesto que lo ideal es colocar las guindillas en un lugar con sol directo, seco y bien ventilado. Si ves que el domingo llueve (como era mi caso) estate preparad@ para darles cobijo bajo techo, en un lugar cálido de la cocina.
4. Un poco de paciencia
Y poco más que contar, señores, después de dos semanas nuestras guindillas estarán secas y listas para pasar todo el invierno con nosotros :)
Puedes encontrar varias clases de guindillas en la sección de semillas de pimientos de Plantea.