Revista Recetas
Cuando estamos en tiempo de buenas naranjas o limones, es ideal hacer lo que os voy a contar para tener siempre a mano ralladura de naranja o de limón para nuestros postres o meriendas, ya sea en magdalenas, pasteles, …
Lo más importante de todo, que la piel esté bien limpia. Si se han comprado directamente al productor no llevan ninguna capa de cera, pero si es de la tienda o supermercado limpiar la piel bien con estropajo para que quede bien limpia.
Con un pelador es más cómodo pero si no tenéis cortar una capa bien fina de la piel del cítrico, sin la parte blanca.
Tenéis dos opciones ahora:
** una es picarlas en un robot o incluso en un molinillo de café triturando lo máximo que se pueda esa piel, se extiende bien y se congela. Una vez lo esté, poner ese polvo grueso en una bolsa o en compartimentos pequeños (tipo para hacer cubitos) y de nuevo al congelador. Cuando queráis incorporar ralladura de cítrico solo hay que coger un poco y ya está.
** Otra manera es dejar secar las pieles ya sea en horno, o mejor microondas que en poco tiempo se secan y además olerá todo muy bien (cuidado no se quemen). Se pulverizan en robot o molinillo y se guardan en un tarro en la despensa y listo para usar.