No disponer de jardín no significa no poder disfrutar de un mini huerto. Muchos cultivos y aromáticas son sencillísimos de cultivar en una jardinera, y necesitan poco más que una ventana para crecer. Es un placer recolectar condimentarias frescas para añadirlas al plato que justo estás cocinando. Para poder hacerlo, solo necesitas tener un par de cuestiones en cuenta:
1. Riega más
Las jardineras en las ventanas están expuestas a unas condiciones muy extremas: suelen cocerse al sol durante muchas horas y tienen que resistir el viento, que generalmente es más fuerte a partir de cierta altura. Todo esto hace que debamos estar más pendiente de estas jardineras, pues el agua se evapora con muchísima facilidad. ¿El truco? Riega en abundancia cuando el sol ya se haya puesto en las ventanas con mucho sol, así las plantas tendrán toda la noche para hidratarse. En las ventanas más sombreadas el mejor momento para regar es la mañana temprano (para evitar que el agua enfríe en exceso las raíces durante la noche).
2. Escoge los cultivos apropiados
Los cultivos que mejor se adaptan a las condiciones de las ventanas son los siguientes:
Hortalizas de hoja: Lechugas, escarolas, canónigos. Toleran cierta sombra, deberemos tener especial cuidado con el exceso de sol para que no espiguen, evitar la orientación sur.
Hortalizas de raíz: Remolachas, nabos, rabanitos, ajos y cebollas no necesitan mucho espacio y toleran cierta sombra, aunque una ventana al este resultaría lo ideal para ellas, crecerán bien en una orientada al norte, siempre que las mantengamos bien cuidadas.
Aromáticas de secano: Perfectas para las condiciones extremas de una ventana orientada al sur. El orégano, el romero, el tomillo, la mejorana o la salvia crecerán sin problemas.
Aromáticas exigentes en luz: Importantísimo colocarlas en una ventana soleada (sur u oeste), deberemos tener en cuenta que son más exigentes en riego que las anteriores. Algunos ejemplos son: cebollino, albahaca, cilantro..
Aromáticas que toleran la sombra: La menta, la hierba luisa o el jengibre toleran la sombra y crecerán sin problemas en una repisa sombreada.
Flores comestibles: Las capuchinas, la caléndula, los pensamientos y las violetas alegrarán cualquier balcón, son plantas muy resistentes a condiciones extremas y añadirán color a tus ensaladas.
Fresas: Ocupan poco, admiten cierta sombra y están riquísimas. ¿Se necesitan más motivos?
Todas las semillas para estos cultivos los puedes encontrar en la sección de semillas de Plantea:
3. Fija bien la jardinera
Ten en cuenta que una vez incluido el sustrato y el agua de riego se convertirá en un objeto contundente y pesado, muy peligroso si cae desde cierta altura. Ánclalo a la barandilla o pared con unos ganchos en el caso de que la jardinera no cuente con sistema de protección.
Opción A. Jardinera con sistema de fjación integrado corsicaOpción B. Gancho universal de fijación a la pared
4. Aporta nutrientes
Las jardineras tienen un espacio limitado, y suelen sufrir agotamiento de nutrientes al cabo de un tiempo.. ¿Lo mejor? un fertilizante de asimilación lenta, que vaya aportando poco a poco los nutrientes. Si incorporamos uno de asimilación rápida, nuestros cultivos o plantas podrían sufrir un crecimiento repentino y exagerado que les cause problemas en tan limitado espacio. La mejor opción es un fertilizante a base de algas, cómo este, o humus líquido, cómo este. Ambos aportan los nutrientes necesarios de manera progresiva y le dan más tiempo de vida a nuestro sustrato.
5. Cámbiala cada temporada
La mayor parte de cultivos que os hemos recomendado son temporales, con lo que cuando hayamos cosechado, podremos renovar el suelo y las plantas. Para los cultivos perennes, sin embargo, es también recomendable trasplantarlos a macetas más grandes al cabo de un tiempo y empezar desde cero en la jardinera.
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