Los foodies de Murcia, cocinillas si odiamos los anglicismos, estamos disfrutando de una etapa gloriosa por la cantidad de eventos que se han venido celebrando en nuestra ciudad en los últimos meses. Eventos como "Murcia Gastronómica" o "Murcia Sabor" dieron las primeras pinceladas de una temporada que ahora se ha cerrado de manera impresionante con este congreso de gastronomía organizado por la cervecera Estrella de Levante dentro de los actos de su cincuenta aniversario. En las jornadas hemos podido asistir y disfrutar de ponencias a cargo de reputados cocineros que han convertido el congreso en toda una fiesta gastronómica. Las sesiones se abrieron el domingo 16 de junio, ejerciendo de cicerone el televisivo Chef Alberto Chicote y su inseparable cuchara que metía en todos los platos por una y otra parte indistintamente. La primera sesión estaba destinada al público en general, las ponencias estuvieron a cargo de cuatro cocineros de la zona y la huerta tuvo especial importancia en sus recetas. Pablo González Conejero (Rest. La Cabaña), rompió el hielo y agradecimiento al organizador, usó unade sus botellas como soporte de su receta. A continuación vino Alfonso Egea (Rest. Alfonso - Campoamor o Entre Col y Col) quien realizó una performance gastronómica sobre una docena de tablas de cortar en las que combinaba ingredientes típicos de su cocina como ñoras, gambas, cebolleta, pan, zanahoria con purés de pimiento, tomate, tinta de calamar, creando un resultado cromático nada estridente. Fue seguido de José Álvarez (Rest. La Costa - El Ejido) y sus hojas sabor a ostra, y Susi Díaz (Rest. La Finca - Elche) que nos enseñó algún truquillo para trabajar las gambas cerró las ponencias del domingo. Además se incluyó una prueba entre los alumnos de las escuelas IES la Flota y del Centro Cualificación Turística, bajo el título El reto: La gastronomía murciana y la dorada como pricipal protagonista.
La sesión del lunes 17 estaba dirigida exclusivamente a los profesionales de la hostelería fieles a la marca anfitriona como agradecimiento a su confianza en la compañía. En esta ocasión fue el periodista Xavier Agulló quien moderó a los estrellados Pablo González Conejero que hizo doblete y no necesitó mucha ayuda para trasmitir sus propuestas, Albert Raurich (Rest Dos Palillos - Barcelona y Berlín), Paco Pérez (Rest Miramar en LLançá), Hideki Matsuhisa (Rest. Koy shunka - Barcelona), Nacho Manzano (Rest. Casa Marcial - Arriondas), Roberto Ruiz (Rest. Punto MX), Mario Sandoval (Rest. Coque - Humanes de Madrid)y José Carlos García (Rest. Café de París - Málaga). Disfrutar aquí de catorce estrellas Michelín como se publicitaba, es todo un lujo producido por el grupo GST Producciones Gastronómicas.
En una reunión así, de grandes maestros, es mal alumno el que no saca ningún aprendizaje. De entre todos los ponentes que pude escuchar, y simplificando mucho destacaría la facilidad de comunicación de Pablo González, quien en su concepción de la cocina sin platos, considera al cliente parte importante del juego, no solamente sujeto paciente. La creatividad de Paco Pérez que propone un menú equilibrado que no canse al comensal, a pesar de la cantidad de platos que oferta en su menú degustación, un menú largo y estrecho. Creo recordar que tenía alrededor de treinta platos. También hizo un guiño al anfitrión con su especial versión del pollo a la cerveza Estrella. Cerró la sesión matutina el que fue el gran triunfador mediático de las jornadas, desbancando al propio Chicote, Hideki Matsuhisa. Todo un espectaculo con y sin fogones. Quien asombró a los presentes al verter sobre el Tataki de salmonete sobre "Sol Naciente" un chorrito de cerveza Estrella de Levante a modo de aliño. Fue todo un engaño pues lo que hizo fue sustituir la cerveza por salsa de soja, que pegaba más.Catorce estrellas Michelin fueron más que suficientes para demostrar que esto del arte culinario ha ido
evolucionado de tal manera, que sus cocinas se asemejan más a un laboratorio que a lo que el resto de los mortales tenemos en casa. La imagen del cocinero armado de un cuchillo ya es historia, eso es para otros, como debe ser. No me imagino a Buonarroti entretenido mezclando los colores de la Capilla Sixtina dejando pasar las horas. Aquí llevan pinzas para colocar cada ingrediente en su lugar exacto haciendo de cada creación un espectáculo tanto gustativo como visual. Con razón son galácticos de la cocina, esta gente sí, y no las malas imitaciones que por desgracia abundan. En los descansos, hubo una degustación de tapas creadas por Pablo González y elaboradas y servidas por los alumnos del CCT y del IES La Flota que realizaron un trabajo a la altura del acto. Mientras disfrutábamos de las tapas, los ponentes hablaron y se fotografiaron con los asistentes, quienes nos acercábamos a ellos como si de estrellas del balón se trataran. Al evento además asistieron otros grandes cocineros de la Región, que sin ser ponentes, se acercaron al auditorio Victor Villegas a tomas buena nota de lo allí dicho.
Ni que decir tiene que las degustaciones fueron de alta gastronomía, como pudo ser el atún rojo en sashimi con caviar de wasabi, sardina ahumada con cous cous de coliflor, crema de huevas con vieiras y manitas guisadas, gazpacho con perdiz en escabeche o carrillera guisada con espuma de curry y frutos secos.
En una reunión así, de grandes maestros, es mal alumno el que no saca ningún aprendizaje. De entre todos los ponentes que pude escuchar, y simplificando mucho destacaría la facilidad de comunicación de Pablo González, quien en su concepción de la cocina sin platos, considera al cliente parte importante del juego, no solamente sujeto paciente. La creatividad de Paco Pérez que propone un menú equilibrado que no canse al comensal, a pesar de la cantidad de platos que oferta en su menú degustación, un menú largo y estrecho. Creo recordar que tenía alrededor de treinta platos. También hizo un guiño al anfitrión con su especial versión del pollo a la cerveza Estrella. Cerró la sesión matutina el que fue el gran triunfador mediático de las jornadas, desbancando al propio Chicote, Hideki Matsuhisa. Todo un espectaculo con y sin fogones. Quien asombró a los presentes al verter sobre el Tataki de salmonete sobre "Sol Naciente" un chorrito de cerveza Estrella de Levante a modo de aliño. Fue todo un engaño pues lo que hizo fue sustituir la cerveza por salsa de soja, que pegaba más.Catorce estrellas Michelin fueron más que suficientes para demostrar que esto del arte culinario ha ido
evolucionado de tal manera, que sus cocinas se asemejan más a un laboratorio que a lo que el resto de los mortales tenemos en casa. La imagen del cocinero armado de un cuchillo ya es historia, eso es para otros, como debe ser. No me imagino a Buonarroti entretenido mezclando los colores de la Capilla Sixtina dejando pasar las horas. Aquí llevan pinzas para colocar cada ingrediente en su lugar exacto haciendo de cada creación un espectáculo tanto gustativo como visual. Con razón son galácticos de la cocina, esta gente sí, y no las malas imitaciones que por desgracia abundan. En los descansos, hubo una degustación de tapas creadas por Pablo González y elaboradas y servidas por los alumnos del CCT y del IES La Flota que realizaron un trabajo a la altura del acto. Mientras disfrutábamos de las tapas, los ponentes hablaron y se fotografiaron con los asistentes, quienes nos acercábamos a ellos como si de estrellas del balón se trataran. Al evento además asistieron otros grandes cocineros de la Región, que sin ser ponentes, se acercaron al auditorio Victor Villegas a tomas buena nota de lo allí dicho.
Ni que decir tiene que las degustaciones fueron de alta gastronomía, como pudo ser el atún rojo en sashimi con caviar de wasabi, sardina ahumada con cous cous de coliflor, crema de huevas con vieiras y manitas guisadas, gazpacho con perdiz en escabeche o carrillera guisada con espuma de curry y frutos secos.