Podemos optar por diferentes métodos:
1.- Si simplemente nos interesa conservarlas frescas por espacio de una semana, nos bastará con envolverlas en papel aluminio o plástico transparente, y guardarlas en el frigo.
Para una conservación más duradera podremos optar por la congelación o su secado.
2.- Para mantenerlas congeladas haremos lo siguiente:
- Las lavaremos y picaremos finamente.
- A continuación, cogeremos una bandeja para hacer cubitos de hielo y las iremos colocando en los huequecitos.
- Las cubriremos con un poco de agua, e introduciremos en el congelador.
- Secaremos las hierbas atándolas y colgándolas en ramilletes boca abajo o, extendiéndolas sobre un papel o tela, preferentemente de algodón, en un estante o repisa. Será necesario rotarñas todos los días para que se ventilen bien. Este proceso durará entre 7 o 20 días hasta lograr un completo secado.
- Es importante tener en cuenta dónde llevaremos a cabo este proceso de secado, pues debe ser un lugar más bien oscuro, ya que la luz altera los componentes de las hierbas; asímismo, no debe ser, ni demasiado cálido, ni demasiado frío, y estar ventilado para el adecuado secado y evitar que surjan hongos.
- Para secar las hierbas al horno, las lavaremos y secaremos suavemente.
- A continuación, colocaremos las ramitas u hojas sobre papel de cocina, encima de de un plato e introduciremos en el microondas durante 2 minutos a temperatura máxima.
- Si optamos por un horno clásico, las colocaremos sobre una rejilla cubiertas con papel de aluminio. Introducimos al horno a una temperatura de 50º durante 2 horas, manteniendo la puerta del horno entreabierta.
Una vez secas, lo mejor será mantenerlas en frascos herméticos o hacer ramilletes y colgarlas en un lugar seco y ventilado. Así podremos usarlas para decorar nuestros platos ;)