Desaparecida por dos semanas y mirala...tan desmesurada que no se le ocurre mejor cosa que involucrarse con menudo temita. Y es que la calidad de los contenidos en un blog es un tópico del universo blogger: miles de entradas de referencia, otros tantos especialistas compartiendo estrategias de escritura al respecto y el reconocimiento general de su importancia por todo aquel que pretenda llevar adelante un blog con un objetivo específico en mente. Así es señoras (no sé si hay por allí algún "señor" leyendo. Si lo hay, este es el momento para manifestarte) por si te interesa, acá te dejo una mirada desmesurada sobre lo obvio. Porque en ocasiones, tiene lo suyo mirar las cosas obvias desde otro lugar.
Calidad para el Panda.
El énfasis en el contenido es uno de los lugares comunes de la meta-reflexión bloguera. Hoy parece obligado pensar en nuestras entradas priorizando la calidad sobre la frecuencia de publicación. Frente al hecho consumado, no puedo dejar de preguntarme cuándo cambiaron las reglas del juego. Si mal no recuerdo hasta hace poco me cascaba la paciencia leer "lo verdaderamente importante es publicar todos los días". Y de pronto, parece que si no realizás un aporte sustancioso y original a la comunidad, tu blog se pierde en la Siberia virtual. En algún momento se produjo la mutación y una tiene la sensación de haberse perdido los dos capítulos finales de una novela. Pues resulta que el énfasis marketinero en el contenido no es inmotivado o caprichoso: responde a los cambios en el buscador de los buscadores. El culpable de toda esta movida es Panda, el último de los algoritmos de Google. Para los que somos legos en el tema: un "cálculo" realizado para posicionar sitios de acuerdo a la calidad de su contenido. Ante esta situación, supongo que hay, por lo menos, dos posiciones:
1- La verdad, no me importa demasiado todo el tema de los algoritmos, el posicionamiento de mi blog y la mar en coche. Escribo para mí, lo que quiero y como quiero sin preocuparme por cuántas personas encuentran mis entradas y las leen.
2- Tengo un blog con determinados objetivos a mediano plazo, considero la posibilidad de aumentar progresivamente los lectores que valoran mi aporte, en consecuencia, tengo interés en conocer los principios elementales para no ser invisible en la red.
De la indiferencia a la obsesión, los matices entre estas dos posturas posibles son tan únicos como las personas que los sostienen. Supongo que los extremos son caricaturas y curiosamente, puedo sentirme identificada con ambos. No me quitan el sueño el tráfico, las páginas vistas o el porcentaje de rebote de La Desmesurada. Como ya manifesté anteriormente, para mí este espacio tiene una causa, no un fin comercial. Lo disfruto, me comprometo, me alejo. Me halaga que aumenten las visitas o los comentarios alentadores sin embargo, las estadísticas no tienen el peso que tendrían si fuese el portal de ventas para mi negocio. Por otra parte, me interesa con furia definir el público objetivo de Ciruela Eventos, incrementar las visitas diarias y convertir visitantes en potenciales clientes. Reflexiono, busco estrategias, me equivoco, aprendo. En ocasiones, no saber qué hacer me sumerge en la inacción total. O me detengo pensando que llegara el momento ideal de publicar contenido interesante cuando el blog tengo un diseño bonito. De modo que, en función de mis propias inquietudes, la siguiente guía en tres pasos para generar contenido de calidad es experimental y voy a desarrollarla durante tres miércoles seguidos. Tiene mucho de opinión personal y poco de intencionalidad normativa.
Guía desmesurada en tres pasos.
Si ponés atención -al menos ahora que te lo menciono- el título de este post satisface dos de los requisitos "elementales" para titular entradas:
- Propone solucionar una preocupación extendida (en este caso entre blogueros)
- Responde a la inquietud con una lista de puntos.
Internet es un universo de reglas. Títulos, estructuras, palabras clave. Que Google reconozca tu existencia virtual parece sumamente complicado. Es complicado. Aunque mirado como estrategia, el principio es simple:
Google busca satisfacer las necesidades de sus usuarios ofreciendo las mejores respuestas a sus preguntas. La idea básica es que sigan usando el buscador y lo prefieran a otras opciones.
Por este motivo, de alguna forma tienen que establecer cuáles son las mejores respuestas evitando sitios poco confiables, interesados únicamente en posicionarse y con fines que nada tienen que ver con el intercambio de información de calidad. Si te interesa saber cuál es la opinión oficial, te recomiendo leer con atención las preguntas orientativas del blog oficial de webmasters. La versión autorizada siempre es el mejor punto de partida.
La versión desmesurada de la calidad.
Más allá de las observaciones de Webmaster, tengo tres apreciaciones personales respecto a la calidad de contenido que quiero compartir contigo. Espero conocer tu opinión y que juntas, saquemos algunas conclusiones relevantes para quienes tenemos un interés específico en construir contenidos de calidad, sea cual sea el objetivo último de nuestra búsqueda. Partiendo de que tener un blog es, antes que nada, un vehículo de comunicación, destaco:
- Primero: empatizar con el lector.
No hay posibilidad de construir un aporte "sustancioso y original" para otros mientras me miro el ombligo. Es el número uno de los obvios principios desmesurados. Si mi blog es un espacio catársico, en el cual expreso libremente mi subjetividad para purgar demonios interiores, fantástico, tengo un objetivo íntimo y probablemente no me importe quién, cómo y cuántos leen (aunque lo dudo mucho...) Pero si persisto en la escritura bloguera -con la carga de trabajo extra que requiere- es porque me interesan mis lectores y tengo una causa personal que me alienta cuando me siento frente al teclado. Ya lo dije antes y lo sostengo porque, como dicen, el público se renueva... En ese sentido, no se trata de ser demagógico al seleccionar el contenido de tus entradas o de ir por la vida consultando Google trends para saber exactamente sobre qué debo escribir para tener más tráfico. Personalmente, considero tres factores:
- Pensar en mi lector ideal y tenerlo en mente cuando escribo.
- Respetar su inteligencia y su necesidad de información.
- Considerar el tiempo y el modelo de lectura, que en internet es muy diferente.
Sobre el último punto todavía sigo aprendiendo. Para quienes me visitan con frecuencia no es una novedad que me cuesta calibrar la extensión ideal de mis entradas. Si sigo los patrones que proponen los profesionales sobre el tema, la extensión ideal rondaría las 900 palabras. Pero pretendo extenderme sobre este tema en los siguientes post de la serie.
- Seleccionar temas.
La selección de temas debe ser un factor sustancial en el armado de un blog. En este aspecto disiento con la opinión más extendida. No creo que tener una plataforma de expresión me habilite para escribir sobre "todo", explayándome sobre tópicos que conozco parcialmente y, además, no tienen relación con mi espacio o mi preparación. Por ejemplo, jamás se me ocurriría escribir sobre temas de salud. Y, honestamente, me sigue pareciendo vidrioso que proliferen indiscriminadamente los sitios con este fin. Ahora, mientras escribo, se me ocurre que es muy distinto compartir la experiencia personal de un trastorno, condición o enfermedad crónica. Siendo la palabra directa de quien experimenta todos los días determinados síntomas, este testimonio tiene un valor especial porque se posiciona desde el primero de mis requisitos: la empatía con el lector a través de la experiencia común. Siempre y cuando no pretenda inducir al error respecto a los alcances teóricos del blog, contar lo que vivo y cómo lo vivo puede ser de ayuda para otra persona. Incluso puede ayudarle a buscar soluciones, finales o paliativas.
En función de mi experiencia escribiendo blogs (varios y desde hace ocho años) no veo viable sostener la calidad de contenidos cuando un espacio presenta más de tres temáticas diferentes (no hablo de subtemas, sino de vectores o centros de interés). No pretendo agotar en este párrafo esta discusión, así que tenés piedra libre para comentar e iniciar la discusión.
- Editar, corregir, compartir.
Editar y corregir es vital para garantizar el respeto por el lector y, en consecuencia, para garantizar la supervivencia de tu blog. Una de las primeras premisas de Panda es el cuidado de la sintaxis, la ortografía y el armado estructural de un post y sus comentarios (Sí: los comentarios también importan) No siempre es fácil disponer del tiempo para seleccionar, corregir y compartir el contenido, pero sin estos pasos previos la calidad se resiente, por este motivo, el próximo miércoles voy a profundizar sobre este aspecto en particular. Repito: tenés un blog personal sin otro objetivo que la expresión personal, perfecto. Es una de las opciones posibles que no te interese esmerarte en la selección y la edición de contenidos. Sin embargo, la sintaxis y la ortografía son un requisito previo a toda escritura.
Ajustando tuercas...
Como verás, estoy ajustando tuercas: escribo menos, secciono más y modero el rigor técnico que puede sonar magisterial y tedioso. Esto no significa que no lleguen ocasionalmente post más técnicos sobre escritura. Significa que atiendo a los reclamos y las opiniones de quienes leen, ajusto mis posibilidades y, en definitiva, intento el dálogo. De otro modo ¿para qué tener un blog?