Madrugón con premio. Esta mañana me acerqué temprano a la ensenada de Bañugues, a ver cómo andaba la cosa de limícolas antes de que arribara el mogollón humano, ya que se presenta otro día de sol y playa. Y entre el conjunto de limícolas no una, sino dos rarezas, las más habituales en nuestras latitudes. Tanto el correlimos canelo Tryngites subruficollis como el correlimos pectoral Calidris melanotos son aves que crían en la zona ártica de América del Norte, y cuya migración normal es hacia Sudamérica, sentido norte-sur. Sin embargo es habitual que jóvenes de ambas especies crucen el Atlántico en dirección a Europa.
Correlimos canelo (Tryngites subruficollis)
Es curioso que la playa de Bañugues, con un escaso aunque continuo flujo de limícolas en migración, sea un excelente enclave para la observación de estas rarezas, además como son tan mansos como el resto de limícolas se pueden observar perfectamente. En mi opinión, la llegada de estas dos especies a Europa occidental se puede calificar de regular, con aves que se unen a bandos de otras especies que sí siguen otra migración en sentido noroeste-sureste.
Correlimos pectoral (Calidris melanotos)
Y para terminar, una joya, ya que aquí están los dos ejemplares juntos, un gran momento fotográfico. Se puede apreciar que el correlimos pectoral es ligeramente mayor que el canelo.