Como cada temporada, varios correlimos oscuros Calidris maritima han llegado para pasar el invierno en los bloques del nuevo puerto de Luanco. Suelen llegar en noviembre, pero este año por unas razones o por otras aún no había tenido ocasión de observarlos. Esta mañana por fin pude acercarme, contando tres ejemplares, a los que corresponden estas fotos.
Esta especie es una de mis predilectas, tanto por su aspecto como por sus costumbres. Habita en áreas rocosas en todas las épocas del año, y se alimenta de pequeños moluscos y otros invertebrados que busca sin descanso en los intersticios de las rocas. Es uno de los limícolas de migración más norteña, y el litoral cantábrico constituye el límite septentrional de su invernada habitual en Europa, aunque unos pocos pueden llegar más al sur.
Ya he publicado varias entradas de la especie en el blog, donde comento como la procedencia más probable de nuestras aves estaría en las islas del NE de Canadá, desde donde llegarían tras un largo viaje de más de 4.000 km cruzando todo el Atlántico Norte. Esta circunstancia se conoce por estudios realizados en la Bretaña francesa, que por lógica tendrán la misma población de origen. Parecen llegar más aves de primer invierno que adultos, y más machos que hembras, hecho éste que se explicaría por su mayor tasa de supervivencia tras la reproducción.
Esta procedencia es lógica, dado que las poblaciones islandesas son bastante sedentarias, de hecho parecen constituir una subespecie propia, y las escandinavas y rusas podrían invernar a lo largo y ancho de las costas del oeste de Europa. El número de correlimos oscuro que llega a Luanco suele ser pequeño, entre tres y cinco aves normalmente, pero afortunadamente lo hace todos los inviernos permitiéndonos contemplar a esta especie tan emblemática y característica.