Revista Deportes

Corrida Benéfica “Ciudad de Torremolinos”

Por Malaka

Rivera_Paquirri

Sorpresa y agradable tanto en la presentación del ganado como en la actitud de los diestros y, especialmente, por la labor de Rivera en su segundo. 

FICHA DEL FESTEJO:

Plaza de toros de Torremolinos, corrida a beneficio de varias entidades sociales. 27 de marzo de 2011.

Se lidiaron toros de distintas ganaderías. Primero y sexto de José Luis Osborne, primero bobo, sexto exigente. Segundo de Juan Pedro Domecq, que se dejó. Tercero de Parladé, que se vino a menos. Cuarto de la Palmosilla, bueno. Quinto y séptimo que se regaló, de Román Sorando, quinto el de más cuajo, manejable, séptimo, incierto.

Manuel Díaz El Cordobés, estocada trasera y un descabello, oreja. Estocada perdiendo la muleta y provocando derrame, dos orejas. Javier Conde media baja, oreja. Media trasera y atravesada, dos descabellos, silencio. Y en el que regaló, pinchazo, sablazo atravesado en los costillares, derrame y descabello, silencio. Rivera Ordóñez, estocada con derrame, dos orejas. Trasera baja, un descabello, oreja.

LA MENTE DE UN ORDOÑEZ

Por Agustín Hervás

Onda Cero Radio

En realidad nadie sabe lo que pasa por la mente de un Ordóñez. Por la de un Rivera si. La mente de un Rivera es preclara, se adivina lo que piensa, lo que va a hacer. Se adivina el compás, el ritmo, el par, el muletazo, el adorno... el éxito. La mente de un Ordóñez es inescrutable, lo mismo se manifiesta que se oscurece, lo mismo se adivina que se oculta y cuando está para ocultarse se llena erguiéndose cual luna de Valencia iluminándolo todo, que todo lo mira y todos la ven. No era la tarde, quizás el lugar. No era el momento, quizás el momento. La mente de Rivera Ordoñez es inescrutable. Era una tarde para estar, sin estar, y nadie hubiera elevado una critica más alta que otra. La causa lo era todo, la causa era el fin. La causa era la justificación por encima de las patadas, el salto de la rana, de Manuel Díaz El Cordobés. O las pausas y poses de Javier Conde. O acaso por la causa fue que cada uno fuera cada uno. Pero Rivera Ordóñez no, Rivera Ordoñez se tomó muy en serio la causa (los tres matadores la tomaron, no cobraron) y no solo estuvo como suele estar, sino que además Rivera Ordóñez estuvo mejor. Rivera estuvo en Ordóñez, cuando la mente de un Ordóñez se ilumina con preclara luna llena. No cobraba, como todos, la plaza era insignificante, como tantas otras en su geografía profesional y sin embargo Rivera fue Ordóñez con el sexto toro. Un Osborne exigente, un castaño ensabanao de armas tomar con el que el hijo de Paquirri estuvo firme, entregado, sacando toda la sabiduría que atesora su sangre para poder, someterlo y desengañarlo, toreando al hilo del pitón y cruzándose cuando debía, dándole los adentros y tirando del toro para afuera cuando era menester. Hay faenas que en plazas de tercera no cuentan, pero esta ha sido una faena seria del mejor Rivera Ordóñez, hijo de Paquirri.

Creíamos que en esta corrida benéfica, por la causa de asociaciones que luchan contra el cáncer, trabajan para los niños discapacitados (Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer, Césare Scariolo y síndrome de Down) y a la que también se unió una cofradía de la ciudad, la cosa iba a ir de fácil y nos encontramos con seriedad. Seriedad en los matadores y seriedad en la presentación de los toros, que menos el sobrero que regaló Javier Conde no sufrían manipulación córnea. De dispar presentación al ser de varias ganaderías, pero suficientes para la causa y para la plaza.

Rivera Ordóñez que hizo en el sexto lo mejor de la tarde, en el tercero nos deleitó con dos verónicas y media buenas, y un quite por chicuelinas y un recorte de cartel. Banderilleó con mejor acierto por el pitón derecho y enjaretó una faena para el público.

El Cordobés con el mejor toro del encierro, de La Palmosilla, estuvo entonado y dando fiesta al primero de la tarde.

A Javier Conde se le fue el tiempo de la primera faena entre pausas y poses. No entendió al quinto que tenía un aceptable pitón izquierdo y en el sobrero que regaló, el peor toro del encierro estuvo voluntarioso.

Hubo más gente de lo que pensábamos en los tendidos. Una de las mejores entradas que hayamos visto en esta plaza de toros en los últimos años.

¡Aquí paz y allí gloria!


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