Llevo varios meses adentrada en el mundo de la Masa Madre, al principio con temor pero cuando empiezas a leer y a hacer pruebas y pruebas, te engancha y de pronto te ves a la 1 de la mañana en la cama viendo videos de panes, masas madres y derivados. Cosa que si vives sola pues mira, pero si duermes acompañada puede que te empiecen a mirar raro.
Hoy os traigo una receta muy sencilla con la que podréis usar vuestro descarte de Masa Madre y que a mi me fliiipa, y va perfecto para acompañar vuestros dippeos!
Para quien no esté muy familiarizado con la Masa Madre o no se atreva todavía, os hago un pequeño resumen. La Masa Madre es básicamente como un tamagochi de Agua y Harina, al que cada día (o cada semana si la mantenemos en la nevera) le tenemos que dar de comer, con más agua y más harina. Si durante x tiempo le damos de comer pero no retiramos parte de esa masa nos podríamos encontrar con un bote gigantesco de masa madre, y como no queremos eso, a no ser que vayáis a hacer muuuchos panes, pues lo que se hace es descartar parte de la masa cada vez que vayamos a alimentarla de nuevo.
Mucha gente la tira, otra gente la guarda. Yo soy de las que la guardan en otro bote. Me parece una verdadera lástima tirar esa masa a la basura si podemos usarla para hacer otras recetas como muffins, pan de plátano, tortitas o crackers, como os enseñaremos hoy
También se puede hacer masa madre sólida (con menos agua) y sólo hidratarla cada vez que se vaya a usar, con lo cual no tendríamos que hacer descartes, peeero a mi me gusta poder tener descarte para este tipo de recetas.
Seguiré documentándome y aprendiendo para poder traeros una guía básica de cómo preparar vuestra masa madre, con todos los consejos que a mi me hubiera gustado tener desde primera hora.
Ingredientes
- 200gr de Masa Madre descartada
- 70gr de Harina
- 70gr de Harina Integral
- 3 Cucharaditas de Aceite de Oliva
- 1/2 Cucharadita de Levadura Química
- 1/2 Cucharadita de Sal
- Opcional: 1 Cucharada de Especias (Orégano, Ajo seco, Hierbas provenzales..)
- Opcional: Semillas de sésamo, pipas, chía...
En un bowl mezclaremos nuestro descarte de masa madre y las 3 cucharadas de aceite de oliva, hasta que esté bien integrado. El descarte puede ser fresco, es decir, que lo hayamos descartado en el momento, o incluso si lleva en la nevera un mes, no pasa nada.
En otro bowl mezclaremos nuestros ingredientes secos: La harina, la harina integral, la sal, y la levadura química. Muy importante: levadura química, no de panadero. La levadura química es la que usamos para los pasteles, ¿vale?. En cuanto a la harina podéis hacerlo solo de harina integral o harina de todo uso. También añadiremos las especias que queramos, podéis usar hierbas provenzales, orégano, ajo seco... las que os apetezcan. Nosotras hemos usado orégano y ajo seco.
Una vez este todo mezclado, lo vertemos en el bowl con la masa madre y el aceite y vamos mezclando hasta integrarlo todo muy bien. No debe quedar harina seca, muy importante. Podéis usar vuestras manos para amasar un poco pero sólo para que se integre todo, ya que no es necesario amasar.
Es posible, que si vuestro descarte de masa madre era demasiado líquido necesitéis echar un pelín mas de harina, o si por el contrario veis que no hay manera de que se integre y sigue quedando mucha harina seca, siempre podéis echarle un pelín de agua, pero un chorreoncillo pequeño, hasta que veáis que la textura es manejable y como si fuera un poco más dura que la plastilina. Lo notaréis, no os preocupéis.
Ahora haremos como un rulito, lo liaremos con papel film para que la masa no se seque y lo meteremos en la nevera. Como mínimo debe estar 4 horas antes de hornear y como máximo puede durar varios días. Yo lo he llegado a tener hasta una semana. Está muy bien porque puedes hacer masa e ir horneando según necesites.
20 minutos antes de sacar nuestra masa de la nevera, precalentaremos el horno a unos 200ºc con la bandeja dentro. Luego sacaremos la masa y la cortaremos en dos para facilitarnos el estirado. El trozo que vayamos a estirar más tarde lo volvemos a liar y lo metemos en la nevera.
Colocamos la tira de masa sobre papel de horno y con la ayuda de un rodillo lo estiramos un poco. Una vez estirado es el momento de echarle, si queréis, las semillas. ¿Por qué no se la hemos incluido a la masa desde primera hora? Porque haría que la masa se resquebrajase, así que por eso es mejor echarlas en este punto. Si las echamos cuando la masa ya esté estirada, aunque pasemos el rodillo por encima, no se quedarán tan bien pegadas y se os caerán.
Seguimos estirando hasta que nos quedemos con la masa lo más fina posible. Y luego realizaremos los cortes con un cortador de pizza. También se puede con un cuchillo, pero os resultará más rápido y fácil con un cortador
Repetimos el proceso con el otro trozo de masa, o si lo preferís lo podéis dejar en la nevera y usarlo más adelante.
Sacamos la bandeja caliente del horno, colocamos nuestros crackers y la volvemos a meter en el horno unos 30 o 35 minutos con la temperatura a 180ºc. Todo dependerá de vuestro horno, pero hasta que veais que están un poco doraditas y crujientes, tened cuidado que no se os quemen. Podéis tocarlos con la punta de la uña y ver si están ya duras o si por el contrario siguen un poco blanditas los dejamos unos minutos más.
Una vez estén listas solo queda sacarlos y esperar a que enfrien. Son perfectas para acompañar o mojetear en el hummus, salsas.. lo que pillemos.
Si os sobran, los podéis meter en algún taper o en alguna bolsita de plástico con cierre en la nevera, y os aguantan perfectamente crujientes hasta una semana. A nosotras es que no nos duran tanto, así que... no sabes con exactitud su fecha de caducidad hahaha
No os olvidéis de comentarnos qué os ha parecido si probáis la receta. Comparte tu foto mencionándonos con @lasmilyunacayenas o usando el hastag #lasmilyunacayenas. ¡Nos vemos la semana que viene!