Crítica: Black Swan (Cisne negro)

“Black Swan”, la nueva película de Darren Aronofsky ha sido todo un éxito tanto de crítica como de público. Ya ha recuperado con creces su presupuesto y Natalie Portman ha ganado el Globo de Oro a la mejor actriz (y aún le queda llevarse el Oscar).

La trama es bastante simple y lineal, sin grandes sorpresas, sólo un par de piezas que el director se encarga de esconder para que al terminar, el espectador pueda encajarlas en su sitio y poder ver el puzzle completo. Pero nada demasiado rallante ni rebuscado, a pesar de lo que parecía en los trailers.

 Los personajes están muy bien definidos. La pareja protagonista formada por Natalie Portman y Mila Kunis es la que llevan todo el peso de la película. Su amistad en la vida real hace que la química entre ellas sea algo casi tangible (de hecho fue Natalie la que propuso a Mila para el papel de Lily). La elección desde luego no pudo ser más acertada, además de por su parecido por el halo de misterio que consigue crear la joven actriz. Ambas tuvieron que tomar clases de ballet. En el caso de Mila Kunis cinco horas cada día, siete días a la semana. Natalie Portman tiene una doble para los movimientos más difíciles pero eso no quita que tuviera que perder 10 kg y también sufrió una fractura de costilla durante el rodaje, algo que hizo tambalear el escaso presupuesto de la película.

Los secundarios tienen una importancia vital en la película. Desde Vincent Cassel interpretando a un director que utiliza métodos poco ortodoxos en su trabajo hasta Barbara Hershey en el papel de la dura y dictactorial madre de Natalie Portman. Con unos pocos gestos la actriz es capaz de darnos una idea bastante aproximada de su carácter y su pasado. Tampoco podemos olvidarnos de Winona Ryder en un papel muy corto (tardó sólo 10 días en grabar sus escenas) pero muy muy intenso. Una grata sorpresa encontrarla en esta película.

Tecnicamente es fantástica, utilizando la cámara (muchos planos cámara al hombro) siempre con el fín de acercar al espectador a la historia de esta bailarina con graves problemas que está a punto de llegar a su límite. El score, por supuesto centrado en “El lago de los cisnes” de Tchaikovsky, es impresionante. Hay también algunos temas interpretados por los Chemical brothers muy interesantes.

Conclusión: “Black Swan” es un thriller oscuro e inquietante que sin ser una obra maestra, te mantiene pegado a la pantalla la escasa hora y media que dura la película. Es muy entretenida e interesante aunque quizá muchos esperen una historia más elaborada. Yo me alegro de que no se vaya demasiado por las ramas y que al final todo quede cerrado a cal y canto. Ah! y merece la pena sólo por ver a Natalie Portman. Está realmente espectacular.