Nota: 7,5
Sumario
Lo mejor: que logra que nos olvidemos de la bandera.
Lo peor: la trama romántica con Peggy y el enclenque Steve Rogers en los primeros planos.La suma: Indiana Jones y El Arca Perdida + Sky Captain = El Capitán AméricaFicha: IMDB.Presupuesto/taquilla: 140 millones de dólares / 253 a día de hoy. Se especula con que llegue a 500.
El director: Joe Johnston (Texas, 1950) es un especialista en el cine de aventuras, campo en el que es capaz de cascarse entretenimientos más que dignos como Jumanji, Jurassic Park 3 y Océanos de Fuego. Pero en contra cuenta con la peor adaptación de El Hombre Lobo que jamás se haya expuesto a la luz de la luna. Hablamos de la horripilante versión con Benicio Del Toro que rodó justo antes de El Capitán América. De ahí el miedito.
La curiosidad: Dominic Cooper es el tercer actor que interpreta a Howard Stark tras Gerard Sanders (Iron Man) y John Slattery (Iron Mann 2).
La duda: ¿Por qué Cráneo Rojo tiene en 1945 caretas tan sofisticadas como Tom Cruise en Misión Imposible?
El Capitán América es el ejemplo de lo que sucede cuando se hacen las cosas bien. Muchos años se lleva hablando del salto definitivo del universo Marvel de las viñetas al celulóide. El Spiderman de Sam Raimi fue la cinta que puso la primera piedra en el camino, pero lejos de envalentonarse, en el estudio han esperado casi 10 años hasta consolidar su división cinematográfica -Disney mediante- y comenzar la andadura. Tras intentos exitosos (Iron Man y Thor) y alguno fallido (Iron Man 2, algunos dirán que El Increíble Hulk), lograr trasladar a un personaje con tanto simbolismo como el Capitán América era la prueba definitiva para comprobar si ese salto se estaba haciendo con el pulso firme ante la venidera Los Vengadores. Y solo podemos celebrar que así sea.
Ese éxito radica principalmente en el poco miedo que existe en Marvel por contextualizar a sus héroes. Con el sorprendente final de Iron Man en el que Tony Stark revelaba su identidad secreta ya avanzaban que su pretensiones van más allá de orquestar meras viñetas para lucimiento de los personajes -que también-, y que tienen muy en cuenta el mundo mediatizado en el que vivimos. Estas ideas vagamente esbozadas en las cintas de John Favreau eclosionan en El Capitán América y se convierten en el salvavidas de la que ya es la mejor cinta superhéroica del año relevando a los jovenzuelos X-men por los pelos.
Y es que el principal miedo que ha girado siempre en torno a la adaptación cinematográfica de este héroe en particular ha radicado en cómo dotar de credibilidad y carisma a un hombre embutido en una bandera y cuyo apodo lleva el nombre de su país (y si no os parece para tanto deberías leer esto). Hablando claro, nos encontramos ante un producto de marketing patriótico bestial que gracias a los años y a cientos de historietas ha logrado convertirse en un héroe de cómic carismático, con sus crisis de valores y diferentes etapas. Pero en una película de inicio de saga el personaje rara vez evoluciona más allá de su presentación y el reto de superación de turno, con lo que lograr que el espectador se olvide de que está ante el mejor anuncio de reclutamiento posible y consiga empatizar con el héroe debía ser la principal prioridad del guionista y del director. ¿Y cómo lograrlo? Como han hecho en El Capitán América, es decir, entrando de lleno en esa utilización mediática del héroe por un gobierno inepto que le lleva a sentirse inútil e incluso ridículo.
Es cierto que la cinta tarda en arrancar, pero en parte es por esa necesidad de ir dosificando al personaje y exponiendo sus sombras antes de conocerle tal y como le veremos en futuras cintas del estudio. La forma más evidente de ese racionamiento podemos encontrarlo en los diferentes trajes que luce durante la cinta: uno de tela en su etapa de luces y espectáculo y otro con chupa de cuero en su primer asalto. Lo mismo con la simbología del escudo: desde un cubo de basura hasta la puerta de un taxi hasta llegar al modelo final de vibranium.
Quizás por ese esfuerzo en "construir" al personaje no se han esforzado tanto en las escenas de acción. No me entendáis mal, nos encontramos ante la dosis justa y adecuada para toda cinta veraniega que aspira a aparecer en el cartón de palomitas. Pero en un par de ocasiones abusan del corta y pega y lo que nos encontramos son diferentes clips del héroe machacando nazis sin que en realidad constituyan una escena de acción como tal con su narración y contexto. Es decir, en este aspecto caen un poco en el recurso fácil que ellos mismos critican en la cinta en la etapa "de corista" de Steve Rogers.
A pesar de todo, lo más importante que son los duelos con Cráneo Rojo cumplen de sobra, y eso que en ocasiones el villano está a un paso de caer en la caricatura. De todas formas no lo tenía nada fácil Hugo Weabing para representar a uno de los antagonistas más descarados de la historia. ¿Un esqueleto ROJO más nazi que Hitler? ¿En serio?. Aún así nuestro querido Agente Smith es capaz de regalarnos otra interpretación para el recuerdo y que SPOILER gracias a un final bastante extraño no sabemos si volveremos a ver en futuras cintas de la saga/franquicia FIN SPOILER.
Por su parte, siempre es de agradecer tener por la función a veteranos como Tommy Lee Jones, Stanley Tucci, Toby Jones o incluso al televisivo Neal McDonough (Dum Dum Dugan), que siempre suben enteros en todo lo que participan, y menos mal porque lo que es plantel de jóvenes de la cinta en ocasiones no alcanza el nivel. No vamos a entrar a valorar la interpretación de Hayley Atwell como Peggy porque el personaje es tan insustancial como una reposición de Farmacia de Guardia, pero ni Sebastian Stan como Bucky ni Dominic Cooper como Howard Stark (padre de Tony) son capaces de sacar partido a dos personajes que, por otro lado, están muy bien introducidos y utilizados en la cinta.
En cuanto a Chirs Evans, no creo que en ningún momento le haya pesado realmente el haber encarnado dos veces a La Antorcha Humana en las primeras pruebas de ensayo en el salto del universo Marvel al cine, precisamente porque casi nadie recuerda -o quiere recordar- esas aberraciones de 150 millones protagonizadas por Jessica Alba. El por qué su trabajo no luce dentro del conjunto está más bien en la pesada losa que supone un personaje cargado de tanta iconografía y cuya misión va mucho más allá como decíamos al comienzo de la crítica. El propio epílogo de la cinta ya avanza la conexión definitiva con Los Vengadores, a la que ya podemos esperar con los brazos abiertos una vez hemos conocido al que será el líder del grupo (si respetan los cómics y el carisma de Downey Jr. no se impone).