Asgard 1 – Tierra 0Nota: 6 Sumario Lo mejor: la recreación de Asgard.Lo peor: que es más blandita que el colchón de Falete. La suma: Hércules + Narnia + Furia de Titanes - Iron Man = ThorFicha: IMDB.
Presupuesto/taquilla: 150 millones de dólares / 93 en todo el mundo a día de hoy.
El director: A todos nos sorprendió cuando Kenneth Branagh fue el elegido para llevar a buen puerto esta cinta debido a su falta de experiencia en el cine palomitero. Pero un buen artesano lo es en cualquier género como nos demuestra en Mucho Ruido y Pocas Nueces, Los Amigos de Peter o Frankenstein. La curiosidad: Stan Lee realiza su cameo de rigor en la escena en la que los pueblerinos se divierten con el martillo al más puro estilo Excalibur.
La duda: ¿Por qué ha cambiado de color el parche en el ojo de Odín del dorado del trailer y las imágenes promocionales al metálizado del film?Thor es una película muy difícil de analizar en solitario. Y es que el blockbuster de Kenneth Branagh (jamás pensé que escribiría esto) tiene más valor como estudio de la situación actual de Marvel que como película en sí. Puede que el dios del trueno sea uno de los héroes más populares de Marvel, pero sus andanzas en solitario nunca han gozado del seguimiento de otras figuras del gremio como Spiderman o los X-Men. Además, Thor no es un superhéroe al uso. Se trata de una figura de la mitología nórdica con todo el contexto que eso acarrea, tremendamente complicado de trasladar al cine de forma realista, y más unificándolo con el universo carente de fantasía mostrado en Hulk y Iron Man. Por eso podemos decir sin tapujos que Thor es una película inesperada y que solamente responde a una estrategia de marketing de 150 millones de dólares: presentar al personaje para la venidera Los Vengadores. El no ser un rol surgido de la pluma de algún guionista de cómic allá por lo ingenuos años 50 o 60 anula por defecto la fórmula repetida hasta la saciedad en el primer acto de todas las cintas de enmascarados. Todos sabemos que Thor es el hijo de Odin y que por eso tiene poderes y un martillo machacón. Punto. Entonces, ¿Cómo presentas a un personaje que encima no necesita presentación? Pues contratando a un director capaz de crear la pantalla de humo necesaria para salir del apuro y dejarlo todo listo para Los Vengadores, Kenneth Branagh.Ahora entiendo porque el prestigioso realizador de incontables adaptaciones shakesperianas aceptó este encargo: Thor es la película de Marvel con más margen de libertad a pesar de la consabida fórmula del blockbuster familiar. Y Branagh la aprovecha sacándose de la manga una recreación de Asgard que quita el hipo (castillo parecido al de La Sirenita incluido) para contarnos una guerra entre ese mundo y el de unos seres de hielo contra los que llevan milenios rivalizando. Mientras, para cumplir con el encargo, manda a Thor de visita a la tierra con la excusa del destierro de Odín a modo de aprendizaje. Un pretexto para la primera toma de contacto del héroe con Shield, la organización que está reuniendo a los futuros Vengadores, sin que lo que transcurra en nuestro planeta sea realmente importante en ningún momento.Por el camino conocemos a los compañeros de batallas de Thor, un grupo muy necesitado de carisma que pide a gritos un spin-off que nadie en su sano juicio les dará nunca. También vemos por primera vez al futuro vengador Ojo de Halcón, el arquero interpretado por Jeremy Renner y que está incrustado con calzador en una escena donde, haciendo cuentas entre las fechas de rodaje y del anuncio de la incorporación del actor, me juego un dedo a no estaba prevista su presencia. Solo él y el cinico agente Coulson son las dos únicas caras junto a las de Chris Hemsworth y Tom Hiddleston (Loki) que seguramente veamos en futuras cintas Marvel. El resto de roles o decorados son meros recursos para sostener el tinglado y reciben el peso argumental en consecuencia, de ahí que la acción en la tierra transcurra en un pueblucho de 4 casas con cero despliegue de miedos y espectacularidad, mientras que lo mejor de la cinta sea un Asgard del que ya nos podemos ir despidiendo dado el escaso potencial de secuela de Thor. Otra de las razones para que esta Thor no sea del todo contundente es su actor protagonista. Sobre el papel, Hemsworth no se podría ajustar mejor físicamente al personaje, pero a diferencia de lo que hizo Robert Downey Jr con Tony Stark, ha sido incapaz de hacer suyo el rol del dios del trueno. Esa personalidad casi infantil no es la del Thor que yo recuerdo de los –no muchos- tebeos que he leído del personaje. Puede que sea impulsivo y tenga un punto entrañable, pero no es el niñato sonrisitas que nos intenta hacer creer la cinta ni mucho menos. Tampoco encontramos una gran interpretación de Natalie Portman, que se rinde sin oponer resistencia a la simpleza de su personaje volviéndolo casi invisible. Del resto del reparto poco se puede decir. A Stellan Skarsgard parece que lo han fichado para relacionar el orígen nórdico de Thor con algún actor que pueda soltar la frase “me contaban esas historias de pequeño” y dar algo de base a la fantasía, porque lo que son los fundamentos astrológicos para justificar la existencia de Misgard son del nivel del kit de experimentos de Flippy recomendados a menores de 7 años. Eso sí, Hopkins resulta bastante creíble como Odín y no cae en la tentación de interpretar al anciano siniestro de El Hombre Lobo o El Rito. Por su parte Hiddleston, con esa cara de psicópata que se trae, lo tiene complicado para mostrar la evolución de Loki de hermano y aliado de Thor a villano de la función. Por suerte, ese espacio está bien equilibrado con la utilización de El Destructor y un “ahora tengo poderes y ahora no” que distribuye bien el ritmo de la cinta sin que aburra a pesar de su instrascendencia.Lo cierto es que Branagh sale bien parado en general porque es capaz de ofrecer incluso más espectacularidad de la esperada en las escenas de acción y las recreaciones, pero donde falla estrepitosamente es en el tono. Una película sobre deidades vikingas no puede ser tan limpia y blanca. Tampoco es que pida un Spartacus, con su sangre, vicio y sexo, pero sí algo más alejado de, por ejemplo, Hércules de Disney. Lo que sucede es que en Marvel no se han atrevido a sacrificar la taquilla que seguro les darán los más pequeños de la casa con uno de sus héroes con menos potencial cinematográfico, sin preocuparse de arruinar por el camino toda la emoción o interés para todo aquel que tenga más de 12 años. Estamos por tanto ante un blockbuster en toda regla a manos de un director con personalidad, pero donde las parcelas o espacios están muy bien definidios. A Branagh le han dejado mostrarnos un mundo mitológico como le ha dado la gana, y aún siendo una apuesta arriesgada (mirad el fiasco olímpico de Furia de Titanes) funciona desde el principio. Pero funciona lo suficiente como para convertir a Thor en una película solo aceptable, para ser algo más no se le tendría que notar tanto que es una película que jamás debería haber existido.