Dar cera, pulir cera
Nota : 7
Lo mejor: Jackie Chan zurrando a unos niños
Lo peor: El hedor a Yanki que destila Jaden Smith
Si soy sincero, la primera vez que visioné el trailer de la nueva versión de Karate Kid, me hizo pensar que me encontraría con un truñaco de los gordos y que sería un sacrilegio de un clásico al que muchos le guardamos cierto cariño. Por ello, la sorpresa ha sido mayúscula cuando me he encontrado con una película muy respetable y sobretodo entretenida.
La película de los 80 causó una verdadera sensación, ya sea por los valores que nos inculcó el mítico o mitificado Pat Morita como el señor Miyagi o porque consiguió que el Karate se pusiera de moda en medio mundo. En este caso, no conseguirá la misma repercusión ya que estamos ante un remake que en mayor medida sigue los mismos pasos que su predecesora, no obstante, los detalles marcan diferencias importantes que hacen que la nueva versión se haga muy amena sin que parezca que estamos viendo un plagio.
En este caso, la diferencia más notable es el cambio de escenario, ya que ahora la historia se sitúa en China. El acierto de cambiar el lugar donde ocurren los hechos es mayúsculo y es parte del éxito de la nueva versión consiguiendo dar un ambientación muy lograda sobretodo con los preciosos paisajes que puede dar de sí el gran país que es China. Otro de los cambios más visibles es que ahora tenemos un protagonista de menor edad, corriendo el riesgo de infantilizar en exceso la película, cosa que ocurre en ocasiones excepcionales.
Pero si hay que mencionar el mayor acierto de la película hay que destacar el papel del gran Jackie Chan. El hecho de no intentar imitar el personaje del Señor Miyagi y crear uno nuevo que también tiene su encanto, es de agradecer para todos los fans de la versión antigua. De hecho, lo más sorprendente de todo es que nos encontramos con el primer papel dramático de Jackie Chan y para sus seguidores, entre los que yo me incluyo, este cambio de registro es de agradecer. El famoso actor de artes marciales consigue dar vida a un nuevo maestro, con sus ciertos toques de humor, pero mucho más melancólico y marcando siempre los mismos valores que inculcaba el señor Miyagi.
El punto negativo que le veo es el protagonista, ya que en ocasiones Jaden Smith puede resultar un poco insoportable con sus pintas de rapero. Sin embargo, hay que reconocerle sus meritos en el aspecto físico ya que las escenas de acción están muy logradas por su parte. Tal vez sea que no llegamos a empatizar con este nuevo aprendiz por su corta edad o por su descarado americanismo, pero lo que está claro es que Ralph Macchio consiguió mejor química con el público.
Las escenas de artes marciales en este caso son más espectaculares, acorde con las películas de acción de los últimos años. El “dar cera pulir cera” ha sido sustituido por “poner chaqueta quitar chaqueta” dando lugar a momentos muy divertidos.
Francamente, la sorpresa ha sido muy grata, ya que esperaba el típico producto reciclado con un montón de rap por todos los lados. Parece que el trabajo de Will Smith como productor ha dado sus frutos porque nos encontramos con una película muy recomendable perfecta para un domingo palomitero.