Revista Cine

Crítica de “Nebraska” (2013)

Publicado el 12 febrero 2014 por Manuzapata @vivazapatanet
cartel

Nebraska desprende aroma a cine clásico desde el inicio. En el momento en que aparece el logo de Paramount, en su versión de los años 50, y la imagen, teñida en blanco y negro, de un hombre caminando por el arcén de una atestada carretera interurbana, la propia película sumerge al espectador en un hábitat distinto al que está acostumbrado a visitar cuando se acerca a una sala.

Toda la cinematografía de Alexander Payne  se aleja consciente y deliberadamente de los estándares a los que nos tienen acostumbrados los grandes estudios. El estilo pausado, reposado, contemplativo que rezuma este trabajo por los cuatro costados -del que Entre copas, About Schmidt o Los descendientes son una buena muestra- nos remite a otra época. Para un cinéfilo de pro encontrar un filme como éste supone un remanso de paz. Se arrellana en su butaca y sin moverse ni un centímetro disfruta de 115 minutos de buen cine que se degusta con una sonrisa en la boca.

 

Con hijo en bar

Es de agradecer que un tipo como Payne sea de los pocos privilegiados que, en la intrincada jungla de la industria cinematográfica estadounidense, tenga el derecho al montaje final en sus obras y que gracias a esta posición de poder consiguiese, contra la opinión de la productora, mantener la premisa de rodar en blanco y negro. Esa fantástica luz captada por el director de fotografía Phedon Papamichael, unida a la elegancia de una realización a partir de planos fijos con encuadres perfectamente compuestos y cuyos únicos movimientos se limitan a panorámicas y travellings, nos retrotrae a ese cine de los años dorados de Hollywood donde la cámara era invisible.

Con mujer y dos hijos

Nebraska habla de soledad, de aislamiento, y narra con naturalidad y humanidad la búsqueda de una dignidad de la que muchos, como Woody, el protagonista, se han visto despojados con el paso de los años. La curiosa odisea de este lacónico y taciturno septuagenario -interpretado por un superlativo Bruce Dern- aquejado de demencia o quién sabe si de algo más grave, que por azares del destino vuelve a su pueblo natal acompañado por su hijo menor, y la peculiar relación que le une tanto con su mujer -maravillosa June Squidd- como con su vástago son las mejores excusas para explorar las relaciones paternofiliales y mostrarnos lo poco que, en muchas ocasiones, conocemos de nuestros progenitores.

con hijo en coche

Esta peculiar road movie parte desde Montana y recorre cuatro estados de la América profunda para centrar su acción en el condado de Madison, no el de los famosos puentes, que está en Iowa, sino el de Nebraska. A pesar de que un paseo en furgoneta sea parte importante en la resolución de la trama no aparece por allí el bueno de Clint Eastwood, aún así, su espíritu revolotea juguetón no muy lejos ya que es más que probable que Alexander Payne sea uno de los llamados a tomar el testigo que deja el viejo Clint, considerado por muchos como el último de los clásicos. El tiempo lo dirá.

Bruce Dern

 

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

 

Copyright de las imágenes © Blue Lake Media Fund, Bona Fide Productions, Echo Lake Productions. Cortesía de Vértigo Films. Reservados todos los derechos.

 

 

Nebraska

Director: Alexander Payne

Guión: Bob Nelson

Intérpretes: Bruce Dern, Will Forte, June Squibb

Fotografía: Phedon Papamichael

Música: Mark Orton

Montaje: Kevin Tent

Duración: 115 min.

Estados Unidos, 2013


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