Critica: El Nunca Muere (He Never Died)

"EL NUNCA MUERE" ("HE NEVER DIED", CANADA, 2015) DE JASON KRAWCZYKJack (Henry Rollins, muy bien como un agotado y aburrido estoico) pasa sus días sin pena no gloria, sin hacer nada realmente interesante, sin hablar con nadie, conviviendo absolutamente con ninguna persona, y haciendo básicamente tres cosas, caminar a todos lados, jugar bingo y recibir golpes, por lo menos así se lo dice la empática mesera Cara (Kate Greenhouse, bien), una guapa mujer que pretende al serio Jack sin en realidad conocer nada de él, por supuesto que lo que dice no es real, lo cierto es que Jack si hace más cosas; duerme mucho, va a la misma cafetería donde evita contacto alguno evitando comer carne, va a jugar bingo en el templo donde se distrae junto a los ancianos que acuden al lugar, y tiene negocios con un practicante de medicina con quien se muestra tan parco como puede, además esta forma de ser calza perfectamente con la cara de piedra que poco a poco se vera destrozada para empezar a mostrar sentimientos, muy a pesar.
No sabemos de que naturaleza sea el intercambio que mantiene con el joven medico, pero resulta  claro que no es algo común y posiblemente no legal, el paquete lo guarda religiosamente en su refrigerador, que de no ser por eso estaría vacío, esto es lo único "interesante" en su vida, por todo lo demás es un ciudadano modelo, amable con su casera a quien paga sin rechistar, no hace ruido y es el vecino perfecto, casi inexistente, no bebe, no fuma, no se droga, no siente deseos carnales, y no come carne - los vegetarianos se sentirían orgullosos -, es decir, apenas existe y nadie se da cuenta de que esta vivo, y los que si, lo olvidan al instante, es el ciudadano ideal, pero todo cambia cuando llega de imprevisto una desmadrosa joven que resulta ser su hija Andrea (Jordan Todosey) a quien no conocía, esto pone de cabeza su mundo, y que junto al inesperado ataque qué sufre de unos mafiosos qué escala cada vez más, hacen que todo se salga de control, y muestre su verdadero ser.
Gran parte de la gracia de la cinta esta en descubrir esto, quien es Jack, el porque es así, y que busca en su vida, por lo que no revelare más del asunto, pero baste con decir que la idea es tan valiente como sorprendente, y que a más de uno hará arquear la ceja, esto es ideal para la comedia de terror que es manejada de manera perfecta por el escritor y director, que logran hacer que esto sea muy disfrutable, uno no puede más que reír, o por lo menos sonreír, ante la falta de pathos del protagonista, que se ve empujado por las circunstancias a un desfile de violencia y sangre que por más que intenta no puede detener, como pasa de ser un estoico invisible a poner cara de incredulidad ante su mala suerte, para después pasar a una ira incontenida con todo y frase en latín mal planteada "Leginum Convictio Scentia Veritate" que presumiblemente sea en realidad "Scientiam Legis Convictionem Veritatis", traducido como "La convicción del conocimiento de la ley, la verdad".
Con esto queda claro que a pesar de la comedia - con muchas escenas violentas gore muy bien ejecutadas - esta una historia ahí, mucho más dramática, con un desarrollo bien sustentado y tan densa, que al final uno tiene que poner mucha atención y revisar el tema que toca, para comprender quien es el protagonista, porque es así, la razón de su hartazgo, tedio y valemadrismo, y porque es perseguido por ese enigmático hombre de sombrero que unos ven y otros no, al final Jack no es tan bueno como podría aparentar, aunque se esfuerza por ser diferente, por mejorar, ¿sin lograrlo? Como queda patente en su pataleta final, ¿merece eso de lo que tanto reniega? Quizá si, hasta que entienda la lección, y si él no la entiende con tanto conocimiento y experiencia ¿qué nos queda a nosotros?
Calificación: Bien