Revista Cine
Jim Mickle presentó en Sitges su última película, "Frío en Julio", su tercer trabajo tras "Stake Land"(2010) y "We are what we are"(2013). Por fin, después de varios retrasos, se estrenará en la cartelera española el próximo 1 de Enero.
Nos encontramos ante una película de cine negro y, sobre todo, con tintes a “thriller coreano” como el propio director comentó en la rueda de prensa del Festival diciendo que se ha basado en ese género para rodar la película. El protagonista principal es Michael C. Hall en un papel muy alejado de su interpretación más conocida como Dexter, el asesino en serie más querido de los últimos tiempos.
En el film, Hall, interpreta a un padre de familia, Richard, que ve truncada su vida monótona y simple cuando un ladrón irrumpe en su casa y no tiene ningún tipo de reparo en apretar el gatillo, convirtiéndose sin quererlo en un héroe local. Este hecho provocará que Richard conozca a sus otros dos compañeros de “aventuras” Russel y Jim Bob, interpretados por Sam Shepard y Don Johnson respectivamente.
A partir de aquí, todo cambiará, dando un giro de trescientos sesenta grados para entrar en una trama de violencia y corrupción, persiguiendo una verdad que quizás no sea tan necesaria o quizás huyendo de su realidad monótona e insostenible.
Con un ritmo que no deja margen al descanso, descubrimos, a la vez que su protagonista, una oscura historia llena de mentiras y ocultaciones. La investigación nos lleva a puntos muy alejados de lo que propone su brillante comienzo, dando como resultado una trama original y brillante. Un auténtico regalo para los sentidos en una apuesta por la violencia en todos sus aspectos, desde la más "casera" hasta la más "coreana". Aunque esta agresividad esté siempre presente, no se hace palpable hasta el magnífico final que mantendrá agarrado al espectador a su butaca.
Michael C. Hall, Sam Shephard y Don Johnson están espléndidos en sus papeles. Especialmente el mítico actor de la serie "Corrupción en Miami", que parece haber recuperado una segunda juventud interpretativa. Ya nos deleitó en su irritante personaje de "Django Desencandenado" y ahora vuelve a levantar la intensidad del film con su incorruptible vaquero texano.
El film basado en los años ochenta en Texas, sorprendió gratamente al público, que aplaudió la magistral dirección de Mickle, con sus vueltas de tuerca, sus momentos de violencia y la muy esperada venganza sangrienta, en esta excelente adaptación de la novela homónima de Joe R. Lansdale.
David Sanmartí
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