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Crónica Berlinale 2013: "Parde" mucho más que una película

Publicado el 12 febrero 2013 por Fimin

12 de Febrero del 2013 | etiquetas: Festival de Berlín, Festivales 2013 Twittear cronica-berlinale-2013-parde-mucho-mas-que-una-pelicula

Esto si es una película, y nadie hasta hoy, sabía como se ha rodado. El misterio se ha resuelto en la Berlinale, donde Jafar Panahi compite desde su particular celda por el Oso de Oro. Se abre el telón.

¿De qué va?

Ambos se dan a la fuga: Un hombre con el perro que se le prohibe tener porque el Islam lo considera impuro, y una joven que participa en una fiesta clandestina a las orillas del mar Caspio. Ambos se recluyen en una remota villa y bajan las cortinas bajo las sospechas que uno infunde sobre el otro. ¿Por qué él se afeita la cabeza? ¿Cómo es posible que ella sepa que le persigue la policía? Ambos son ahora compañeros de celda en medio de un contexto incomprensiblemente hostil. 

¿Quién está detrás?

Uno de los grandes nombres del cine iraní, autor de "Offside" (Gran Premio del Jurado - Festival de Berlín) o "El círculo" (León de Oro - Festival de Venecia). Jafar Panahi, un hombre herido que mantiene en pie sus ansias de libertad filmando, colborando esta vez con el guionista de "El Círculo" para clamar por su arte y libertad.

¿Quién sale?

Un cuarteto de supuestos forajidos convertidos en mártires, encabezado por el reconocido guionista Kamboziya Partovi, la bella actriz Maryam Moghadam, como no, el mismísimo Jafar Panahi, y un nuevo Uggie, que por el simple hecho de ser un adorable perrito, también es perseguido por el Islam.  

Crónica Berlinale 2013:

¿Qué es?

Esto es mucho más que una película

¿Qué ofrece?

Un nuevo acto de encomiable valentía de Jafar Panahi se traduce en otro esperado triunfo del talento artístico y de la capacidad creativa para articular la denuncia no violenta. Como quien diría, haz el amor y no la guerra. Y el amor en este caso nos llega en forma de un suspense paranóico teñido de estimulantes pinceladas comedia negra, afilada inteligencia narrativa y un control absoluto de la puesta en escena. Una nueva lección de sabiduría y una nueva demostración de talento que responde de forma contundente a la represión a la que se le condena. Jafar Panahi vuelve a poner el grito en el cielo a su personalisima manera, con el cautiverio de unos forajidos en la piel de dos actores convertidos en meros espectros, fantasmas que tratan de sumergirse en la imaginación de un cineasta a quien ya no se le permite rodar. El director aparece en escena, se suben las cortinas y se hace la luz. La triste realidad vuelve a chocar con la absurda ficción con ambos personajes embarcados en la exasperante búsqueda de su desaparecido director. Triste pero real, como la vida misma. Se cierra el telón. Esto es mucho más que una película.

Nota: 8.5 / 10


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