21 de Mayo del 2013 | etiquetas: Festival de Cannes, Festivales 2013, Crítica
TwittearEsperar la mejor versión posible del gran Takashi Miike y encontrarte con "Wara na Tate" se traduce en la primera gran decepción cannoise. Una frustración que resulta aún mayor compitiendo en la sección oficial del mejor festival del mundo.
¿De qué va?
"Mate a este hombre y recibirá 1 millón de yenes como recompensa". Con esta publicidad publicada en todos los periódicos japoneses, el multimillonario Ninagawa pone un precio a la cabeza de Kiyomaru, el presunto asesino de su nieta. Millones de enemigos potenciales van a obstaculizar la ruta de los policías responsables de escoltar a Kiyomaru hasta Tokio, transformando el periplo en una persecución infernal.
¿Quién está detrás?
Takashi Miike se pone incomprensiblemente serio, irritantemente aleccionador y estrepitosamente aburrido.
¿Qué es?
Un reboot contemporáneo de "El tren de las 3:10" pasado por el filtro del cine de acción de Hollywood.
¿Qué ofrece?
Hijo pródigo de Sitges, Takashi Miike es uno de los cineastas más prolíficos del panorama mundial (alrededor de 65 títulos en 12 años) y sin duda, uno de los más extremos. Extremo por unos excesos marcados por su estrambótico gamberrismo. El suyo se caracteriza por ser un cine demente, bizarro, depravado y enfermizo. Él, un tipo peligroso, un enemigo público, un psicópata cinematográfico, una especie de Tarantino en versión japonesa que todavía va más allá. Un personaje capaz de dar forma a eternos y sanguinarios iconos que incurren en el gore, ("Ichi the killer", "Dead or alive" o "Audition"), a inclasificables bizarradas como "Visitor Q", "Gozu" y "La familia Katakuri" o a sofisticadas y pulcras propuestas como la magistral "13 asesinos". Pero como quien dice, no es oro todo lo que reluce en tan vasto tesoro y lamentablemente, es el caso de "Wara no tate", un thriller que a pesar de reunir todos los ingredientes necesarios para ofrecernos una nueva muestra del mejor y más alocado cine de Miike, decide optar por la vía más comedida, plana y previsiblemente comercial. Ni tan siquiera sus aires de western o sus guiños a "Seven" consiguen salvar el nuevo Miike del más absoluto tedio. Esto es Hollywood, pero en el peor de los sentidos.
Nota: 3.5 / 10