Así podría sonar la ópera prima de Mathieu Demy. ¿Su título? "Americano" ¿Su responsable? El hijo de Jacques Demy ¿Nuestras expectativas? Ahí, ahí... ¿veredicto? Loable como ópera prima, fallida como película. Y mientras, sigue sonando...¡Panparamericano! ¿Alguien que lo baile?.
¿De qué va?
Incapaz de hacer frente a la muerte de su madre, Martin decide irse a Tijuana en busca de Lola, una mujer mexicana que conoció de pequeño y que ocupaba un lugar especial en la vida de su madre. Finalmente la encontrará en el “Americano”, un club privado donde Lola actúa como stripper todas las noches. Martin no tendrá otro remedio que hurgar en su propio pasado si quiere volver a encontrarse en paz consigo mismo.
¿Quién está detrás?
Mathieu Demy es bien conocido como actor en su país natal gracias a una filmografía de más de treinta títulos que incluye trabajos para directores como Agnès Varda, Michel Hazanavicius, Pascal Bonitzer, Benoît Cohen, Michel Deville, André Téchiné o Jean-Pierre Mocky. Americano supone su debut como director de largometrajes. Es hijo de Agnès Varda y de Jacques Demy, a quien el Festival de San Sebastián dedica este año una retrospectiva.
¿Quién sale?
El propio Mathieu Demy, Salma Hayek en plan Nathalie Portman en "Closer," Carlos Bardem el loco de turno, Chiara Mastroianni aporta la cara bonita y una cascada Gerlandine Chaplin su típico personaje.
¿Qué es?
Todo sobre mi madre + Abierto hasta el amanecer (con Salma Hayek en tarima pero sin serpiente ni vampiros).
¿Qué ofrece?
Un film que sin ser malo tampoco es bueno. Unos actores que sin dar el cante, tampoco dan el pego. Una propuesta que como drama no conmueve y como comedia no divierte, con unos personajes que caminan de puntillas por una previsible trama ya mil veces vista y cuyo trillado desenlace nos hace reír más que llorar cuando intenta todo lo contrario. Su motor principal, una renqueante historia de redención maternal, su principal apoyo, las solapadas y repetitivas escenas del "Americano," un club destrippers (y algo más) que sorprendentemente baila al ritmo de Moderat y en el que desearías, incluso, que alguno sacara los colmillos para aportar un poco de 'salsa' a la fiesta. Buena música para mal sitio. Lo dicho, sonaría mejor...¡Panparamericano!
Incapaz de hacer frente a la muerte de su madre, Martin decide irse a Tijuana en busca de Lola, una mujer mexicana que conoció de pequeño y que ocupaba un lugar especial en la vida de su madre. Finalmente la encontrará en el “Americano”, un club privado donde Lola actúa como stripper todas las noches. Martin no tendrá otro remedio que hurgar en su propio pasado si quiere volver a encontrarse en paz consigo mismo.
¿Quién está detrás?
Mathieu Demy es bien conocido como actor en su país natal gracias a una filmografía de más de treinta títulos que incluye trabajos para directores como Agnès Varda, Michel Hazanavicius, Pascal Bonitzer, Benoît Cohen, Michel Deville, André Téchiné o Jean-Pierre Mocky. Americano supone su debut como director de largometrajes. Es hijo de Agnès Varda y de Jacques Demy, a quien el Festival de San Sebastián dedica este año una retrospectiva.
¿Quién sale?
El propio Mathieu Demy, Salma Hayek en plan Nathalie Portman en "Closer," Carlos Bardem el loco de turno, Chiara Mastroianni aporta la cara bonita y una cascada Gerlandine Chaplin su típico personaje.
¿Qué es?
Todo sobre mi madre + Abierto hasta el amanecer (con Salma Hayek en tarima pero sin serpiente ni vampiros).
¿Qué ofrece?
Un film que sin ser malo tampoco es bueno. Unos actores que sin dar el cante, tampoco dan el pego. Una propuesta que como drama no conmueve y como comedia no divierte, con unos personajes que caminan de puntillas por una previsible trama ya mil veces vista y cuyo trillado desenlace nos hace reír más que llorar cuando intenta todo lo contrario. Su motor principal, una renqueante historia de redención maternal, su principal apoyo, las solapadas y repetitivas escenas del "Americano," un club destrippers (y algo más) que sorprendentemente baila al ritmo de Moderat y en el que desearías, incluso, que alguno sacara los colmillos para aportar un poco de 'salsa' a la fiesta. Buena música para mal sitio. Lo dicho, sonaría mejor...¡Panparamericano!
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