Es, sin duda, uno de los grandes temas del festival. La deriva adolescente nos acompaña a diario durante esta 49 edición del FicXixón. De "Play" a "Iceberg" pasando por "Submarine," "Les Geants" o la propuesta que ahora nos ocupa. Cada una a su particular forma, con su propio estilo, nos retratan el deambular de una generación sin presente y más importante aún, sin posible futuro a la vista. Sus consecuencias nos las retratan algunos de forma novedosa, otros no tanto. Es el caso de la estimable pero también olvidable "Avé" del búlgaro Konstantin Bojanov.
¿De qué va?
En la capital de Bulgaria vive Kamen, un estudiante que decide embarcarse en un viaje con destino a la pequeña población de Roussé, cerca de la frontera con Rumania. El objetivo de su viaje es asistir al funeral de un amigo del colegio que ha acabado con su propia vida por motivos no aclarados. Mientras hace auto-stop, se encontrará con Avé, quien también se dirige al mismo rincón del país. En el camino compartirán varios vehículos, y Kamen descubrirá que es mejor no fiarse de aquello que la joven dice, ya que suele mentir compulsivamente e inventarse personalidades, algo que en ocasiones les ayudará, pero otras veces les traerá complicaciones.
¿Quién está detrás?
Búlgaro de nacimiento pero residente de Nueva York, Konstantin Bojanov ha exhibido su obra en instituciones como Haunch of Venison en Zurich, Shanghai Contemporary en China o la galería Eli Bank en Bulgaria. Sus cortos, incluyendo su debut, "Lemon is Lemon" (2001), han recibido premios y se han proyectado en más de 40 festivales internacionales. Avé es su primer largometraje.
¿Quién sale?
Dos adolescentes en la carretera. Son Anjela Nedyalkova y Ovanes Torosyan, ambos vistos en "Eastern Plays."
¿Qué es?
"Exils" en la Europa del Este
¿Qué ofrece?
Una tierna, muy humana e incluso (a ratos) divertida road movie que a pesar de su muchas virtudes (gran caracterización de dos adolescentes desarraigados, un terreno constantemente movedizo que impide el asentamiento de nuestros protagonistas, una soberbia fotografía y una virtuosa puesta en escena) adolece estar cortada por el mismo patrón al que muchas muestras de cine (humano) de autor nos tienen acostumbrados. Más que correcta en su primer y picaresco primer acto, redundante y repetitiva en su nudo y desenlace, "Avé" resulta encomiable como ópera prima aunque olvidable como propuesta autorial, principalmente debido a la cantidad de clichés en los que acaba cayendo. Lo que si nos da es una nueva pista a seguir, la de su responsable Kostantin Bojanov. Apunta alto.