10 de Octubre del 2012 | etiquetas: Festival de Sitges, Festivales 2012 Twittear
Ver al vampiro de "Crepúsculo" transformado en una suerte de Jeremy Irons prepúber con una próstata asimétrica por obra y gracia de David Cronenberg, quien adapta una novela extraordinaria de Don DeLillo, se traduce en una densa y árida fábula apocalíptica sobre la gangrena de las finanzas y el capitalismo. Cronenberg se pone retórico, o más bien, verborréico, en la abrumadora "Cosmópolis"
¿De qué va?
En una Nueva York en plena ebullición, la era del capitalismo llega a su fin. Eric Packer, el chico de oro de las altas finanzas, se adentra en su limusina blanca. Mientras la visita del presidente de Estados Unidos paraliza Manhattan, Eric Packer solo tiene una obsesión: que le corten el cabello en su peluquería, al otro lado de la ciudad. A medida que transcurre el día, el caos se adueña de la atmósfera y él asiste impotente al hundimiento de su imperio. Además, está seguro de que se disponen a asesinarle. ¿Cuándo? ¿Dónde? El protagonista se dispone a vivir las 24 horas más importantes de su vida.
¿Quién está detrás?
Un menage a trois que irradia insobornable talento. David Cronenberg dirige, Paulo Branco produce y Don De Lillo escribe. ¿Quién da más?
¿Quién sale?
Un mal actor en un gran papel como Robert Pattinson, su limusina y pasajeros temporales de la talla de Juliette Binoche, Paul Giamatti, Mathieu Amalric o Samantha Morton.
¿Qué es?
The Girlfriend Experience + Margin Call pasado por el filtro Cronenberg
¿Qué ofrece?
Un abrumador tour de force en casi todas sus vertientes, que además, tenemos el lujo de recorrer en limusina. "Cosmópolis" nos llega envuelta en un aura tan bizarra como hipnótica, articulada a través de una constante verborrea acertadamente literal que se traduce en una de las más personales y estimulantes miradas sobre la crisis económica vista, sentida y escuchada, en la gran pantalla. No podía ser de otra forma dirigiendo la transgresora mirada Cronenberg hacia la alegoría anticapitalista y conduciendo esa misma limusina con la que Leos Carax y su "Holy Motors" comparte destino. Y ésto no es otro que conducirnos a otro de los grandes títulos del festival...y del año.
Nota: 8.5 / 10