Después de una pelea de meses con las croquetas creo que he dado con la clave. He intentado muchas formas e ingredientes. Las he hecho con y sin thermomix, a ojo y pesando… He hecho croquetas demasiado líquidas que no había forma de empanarlas, croquetas demasiado duras que no había forma de comerlas y croquetas que por mala proporción de ingredientes sólo sabían a bechamel… Creo que en todos mis intentos he llegado hasta a hacer alguna “cocreta” que otra, jeje.
Pero hoy me tenéis que agradecer mis grandes esfuerzos, porque os traigo mis resultado y la fórmula secreta para que las croquetas queden perfectas! Y os lo voy a explicar con la receta de croquetas de jamón.
Las croquetas son, a mi modo ver, una de las grandes estrellas de la cocina española. Con ingredientes de los mas sencillos, a veces incluso sobras, y una buena preparación, el resultado puede estar al nivel de grandes platos elaborados. Lo mejor es que pega con todo y le se puede echar casi cualquier cosa. Hoy os ilustro con las croquetas de jamón ibérico, el auténtico claiscazo!
Para entender la receta debemos antes captar el concepto de bechamel que os explicaba aquí. Se trata de hacer una bechamel normal, pero más espesa, es decir, con una proporción mayor de roux para que quede más densa y podamos darle forma. Exactamente la proporción es de 200 gramos de roux por un litro de leche, justamente las cantidades que usado en esta receta. 200 gramos de roux quiere decir 100gr de mantequilla y 100gr de harina. ¡Más fácil imposible! Con esta cantidad salen unas 20 croquetas aproximadamente, aunque todo depende del tamaño que os gusten, obviamente…
He dividido la receta en tres partes: masa, formado y fritura.