Revista Cocina
Ingredientes:
150gr morcilla de Burgos
150gr calabaza
Un puñaito de piñones
1 puerro
Para hacer la bechamel de las croquetas:
70gr harina
200ml caldo de cocer la calabaza
300ml de leche entera
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Para empanar:
Harina
Huevo
Copos de patata (de estos polvos que venden para hacer puré de patata)
Primero preparamos los ingredientes para el “relleno” de las croquetas.
En una cacerola ponemos un poco de aceite a calentar e incorporamos la calabaza y el puerro limpios y cortados en trozos de unos 8cm de largo, ni muy grandes ni muy pequeños. Cuando se tuesten un poquito cubrir con agua y dejar cocer. No incorporéis sal, ya salaremos luego la bechamel.
En unos 20 minutos tendréis la calabaza blandita. Colar el caldo, que lo usaremos para la bechamel y el puerro lo podéis desechar.
Por otro lado preparamos la morcilla. Le quitamos la tripa y desmigamos. Usar la morcilla que más os guste, aunque yo no la recomendaría muy fuerte.
Calentar una sartén y cocinar unos minutos la morcilla desmigada, reservar.
Para hacer la bechamel:
En una olla calentar el aceite, no hace falta que el fuego sea muy vivo, a fuego medio durante todo el proceso. Incorporar la harina y remover, cuando coja un colorcito tostado vamos incorporando la leche poco a poco mientras removemos sin parar.
Cuando hayamos incorporado toda la leche empezamos a echar el caldo de cocer la calabaza, y seguimos moviendo todo el tiempo. Mover con una varilla para que no salgan grumos y, con ganas!
Salar la bechamel e ir probándola y removiendo, removiendo… que vaya espesando un poco, en unos 15 minutos podemos incorporar la calabaza, como está cocida con la misma varilla la aplastáis y mezcláis bien con la bechamel. Incorporar también la morcilla y los piñones.
Seguir removiendo otros 10 o 15 minutos. La bechamel tiene que ser un poco espesita pero no demasiado, sino las croquetas no quedan suaves.
Retirar del fuego y ponerlas en un recipiente rectangular, así luego será más fácil darles forma de cubos. Dejar enfriar, la bechamel tiene que estar bien fría para poder manejarla. Yo suelo dejarla reposar de un día para otro, pero tampoco es necesario.
Manos a la masa, vamos a hacer nuestras pelotas, bueno, en este caso, nuestros cubitos.
Con ayuda de una puntilla, que pasaremos por los bordes del recipiente, sacamos el bloque de bechamel. Cortarla formando cubitos de tamaño parecido.
Estos cubitos pasarlos, con cuidado y mimo, por harina, luego bien por el huevo y, por último, por los copos de patata.Podéis sustituir los copos de patata por pan rayado, pero le daréis un toque distinto y quedarán más crujientes con los copos.
Una vez “empatatadas” las podemos freír en aceite bien caliente y listas para comer!