El crumble es un pastel de origen inglés, su traducción literal significa desmenuzar y es posible que naciera tras la Segunda Guerra Mundial cuando, debido a la escasez de alimentos, se asignaron a las familias las cartllas de racionamiento. Es un pastel muy sencillo, surgido en un contexto de pobreza y miseria y con ingredientes muy básicos, pero con un resultado fantástico. Se puede preparar con infinidad de frutas pero lo ideal es que se trate de una fruta con un toque ácido que se cubre y contrasta con una dulce y crujiente capa de frutos secos. Se trata de uno de esos pasteles que se puede tomar a cualquier hora, tanto como postre o como merienda resulta ser un bocado delicioso, y se suele acompañar de nata montada o de helado de vainilla.
Grado de dificultad: Bajo
Tiempo de preparación: 40 minutos + 1 hora
Cantidad: 6 raciones
Ingredientes:
- 1 kg. de fresas
- 250 g. de azúcar
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 120 g. de almendra molida
- 40 g. de harina
- 80 g. de mantequilla
- Una pizca de canela
Preparación:Lavamos las fresas, les quitamos las hojas y el pedúnculo, y las cortamos en trocitos no muy pequeños. Las ponemos en un bol con 160 g. de azúcar, removemos y dejamos reposar durante 1 hora.Precalentamos al horno a 200ºC. Untamos con mantequilla el molde donde vayamos a preparar el crumble y ponemos sobre él las fresas escurridas repartiéndolas bien por todo el molde. Por otro lado, ponemos en un cuenco la almendra molida, la harina, 90 g. de azúcar, la mantequilla a temperatura ambiente y la canela, y mezclamos con los dedos hasta formar migas. Ponemos estas migas repartidas sobre la capa de fresas y metemos al horno durante 30 minutos o hasta que la superficie se ponga doradita.Podemos servir el crumble inmediatamente después de sacarlo del horno, de hecho se suele servir caliente tras una comida, o también podemos dejarlo en el frigorífico unas horas para comerlo frío, está muy bueno de ambas formas.
Fuente de la receta: propia