¿SABES LO QUE ESTÁS BEBIENDO REALMENTE...?
Cuando empezamos una dieta para perder peso o bien si queremos mejorar la calidad de nuestra alimentación, lo primero que solemos mirar son los alimentos que consumimos, dejando de lado todo aquello que, en estado líquido, ingresa a nuestrocuerpo.Beber gaseosas a diario no sólo puede significar un aporte considerable de calorías vacías provenientes del azúcar, sino que algunas contienen cafeína y demás sustancias estimulantes del sistema nervioso central que, en exceso, puede perjudicar la salud.Provocar, insomnio, ansiedad y más deseos de comer.
Olvidamos que los líquidos también forman parte de nuestra alimentación y dependiendo de las bebidas, pueden ser saludables o no.
En un plan de adelgazamiento es frecuente que nos estanquemos en nuestro descenso de peso sin saber cuál es la causa. Pero revisando en lo que tomamos, podemos encontrar la razón de la meseta, ya que las bebidas pueden tener muchas calorías que no percibimos y por eso, las bebemos en cantidades indiscriminadas sin darnos cuenta de que pueden significar un obstáculo para adelgazar o un aumento de peso.
Incluso, las gaseosas pueden dañar la salud de nuestra boca, impedir la correcta absorción de algunos nutrientes y perjudicar nuestro organismo.
En el caso de las infusiones, muchas tienen calorías, pero en cantidades insignificantes. Lo cierto es que pueden causar un efecto diurético que altere el equilibrio electrolítico y lejos de hidratarnos, nos deshidrate.
Con las bebidas alcohólicas debemos tener mucho cuidado, no sólo porque el alcohol en exceso daña al organismo, sino que porque por cada gramo de alcohol de la bebida ingerimos 7 calorías, lo cual es mucho mayor en el caso de las bebidas alcohólicas dulces o los tragos, que tienen mucha graduación alcohólica, azúcar agregada y algunos otros ingredientes nutritivos.
Respecto a las bebidas isotónicas, debemos saber que fueron creadas para reponer electrolitos de nuestro cuerpo, por lo que sólo son útiles con este fin, cuando existen pérdidas de sales significativas, como en gastroenteritis o luego de sudar mucho por un esfuerzo físico.
Pero en personas con hipertensión o problemas renales pueden resultar perjudicial por el gran aporte de sodio y potasio. Incluso, poseen azúcar y si las consumimos en grandes cantidades pueden incrementar grandemente las calorías de la dieta.
Es decir, lo que debemos tener en cuenta es que no todas las bebidas son inofensivas ni aptas para un consumo diario y constante, sino que muchas tienen finalidades concretas y otras, deben consumirse con moderación.Por lo tanto, ten cuidado con lo que tomas, porque puedes estar bebiendo más calorías que las que comes con los alimentos sólidos y quizá, la causa de tu nulo descenso de peso o de tu aumento gradual, puede estar en lo que bebes.