
Título original: Adam Had Four Sons
Director: Gregory Ratoff
Guion: William Hurlbut, Michael Blankfort, Charles Bonner
Música: W. Franke Harling
Fotografía: J. Peverell Marley
Género: Drama
Reparto: Ingrid Bergman, Warner Baxter, Susan Hayward. Fay Wray. Richard Denning. Johnny Downs. Robert Shaw. Charles Lind, Billy Ray, Steven Muller. Wallace Chadwell. Bobby Walberg, Helen Westley. June Lockhart. Pietro Sosso. Gilbert Emery. Renie Riano

Argumento
Emilie Gallatin, una afectiva joven extranjera, llega a un hogar estadounidense para trabajar como institutriz para los cuatro hijos de Adam. Su fuerza interna ayuda a la familia a soportar la dolorosa muerte de la esposa de Adam y la gran crisis económica que atraviesan.
Sin embargo, cuando la situación se vuelve insostenible, el padre debe vender su casa y enviar a sus hijos a un apartamento en Brooklyn que les deja su vieja y querida tía.
Pasan ocho años y como la situación económica mejora mucho, Adam vuelve a pedirle por carta que regrese.
Los hijos ya son mayores pero la siguen queriendo igual.
Sin embargo algo cambia en la vida de la familia. Uno de los hijos se ha casado con una muy guapa chica que parece encantadora. Pero es peligrosa para la unidad familiar pues coquetea con todos.

Entretenida película elegantemente dirigida por Gregory Ratoff, con una bellísima y dignísima Ingrid Bergman, que ya había trabajado con el realizador en la exitosa "Intermezzo".
Es bonita pues está llena de sentimientos humanos, la mayor parte de ellos positivos, como el amor, el cariño, el respeto, la dignidad, pero otros oscuros y peligrosos, como la falsedad, la mentira y/o la desconfianza.
La cinta gusta pues está bien narrada y las interpretaciones son impecables, con una pareja protagonista encomiable por su exquisitez dramática: tanto Ingrid Bergman como, sobre todo Warner Baxter como el patriarca de la familia, están inconmensurables.

Sin embargo toda ella posee algo que no me acaba de convencer: la historia es poco creíble, algo exagerada o por lo menos merece algo de incredulidad por parte del espectador. Como quiera que está basada en una novela de Charles Bonner, el guionista William Hulburt no ha hecho más que seguir lo ya escrito, pero todo rezuma exageración o algo, por lo menos, no encaja del todo.
Pero si aceptamos el argumento entero, disfrutamos de un buen ejemplo del cine que se hacía en los años dorados del Hollywood de los cuarenta.
Buena fotografía en blanco y negro y estupenda banda sonora.
La verdad, está bien, pero, repito, no me la creo del todo.