Cúrate y el poder de nuestra mente

Las razones que hoy nos llegan para recomendar este libro no dejan lugar a las duda para cuestionar su eficacia, habiendo sido elegido el mejor libro del año 2016 por el New York Magazine, The Economist, The Sunday Times o incluso el mejor libro mente-cuerpo según Spirituality&Health. Sin duda Cúrate es uno de los libros de autoayuda más revolucionarios que podemos encontrar en las estanterías. Cúrate, una incursión científica en poder que ejerce mente sobre el cuerpo, nos enseñará la importancia de la idea de que los pensamientos también sanan.

Entre las páginas de Cúrate encontramos una perspectiva poco tratada, porque nos habla con escepticismo de las nuevas disciplinas y metodologías que se enfocan hacia un tratamiento más psicosomático. De esta manera podremos entender cómo existen tratamientos integrales para el cuidado de nuestro bienestar y de nuestra salud y la prevención de enfermedades que gira en torno a la idea de que los pensamientos sanan.

Aunque el argumento de que nuestra mente puede combatir una enfermedad siempre se ha tomado más por mito que por realidad científica, en Cúrate, encontraremos datos extraídos de investigaciones concretas donde se nos demuestra que el poder que tienen nuestra mente a la hora de afrontar enfermedades es más grande lo que podríamos imaginas. Así, la autora de este libro, Jo Marchant, hace incursiones en el ámbito de la hipnosis, de la meditación, e incluso de los placebos para hacernos entender cómo tener un perspectiva más positiva de las enfermedades y de los problemas de salud puede ayudarnos en nuestra vida diaria.

Hay quienes hablan de Cúrate como un libro de autoayuda que realmente convence, porque todos aquellos que estén interesados en las investigaciones que estudien la relación existente entre nuestra salud de nuestro cuerpo y nuestra mente podrán encontrar un estudio casi metódico de las emociones y de los deseos. Se ha dicho que en Cúrate, Jo Marchant ha explorado de manera muy convincente un tema muy discutido porque aún hay escépticos que creen que nuestra mente no tiene nada que hacer sobre nuestro cuerpo.