Revista Cocina
Custodio López Zamarra (Villatobas-Toledo-1949), es nuestro primer sumiller y como tal, es acreedor para mí, de un merecido homenaje, en este blog. Nacido en una taberna, como él mismo siempre explica, en la Taberna Zamarra, negocio familiar de su Villatobas natal, se traslada a Madrid en los años 60. Tras trabajar, en el sector de hostelería, en Casa Antonio y después en La Fontana, surge su gran oportunidad en 1973, en el archiconocido Restaurante Zalacain. El primer tres estrellas Michelín de España, que en su apertura, y queriendo estar a la altura de los mejores sitios de Europa, debía de contar con un sumiller, Jesús María Oyarbide le ofrece la oportunidad a Custodio y, como ha quedado debidamente acreditado con el tiempo, éste sabe, sin duda, aprovecharla.De este modo, quizá pueda decirse que casi casual, Custodio pasa a ser el sumiller de la casa, y consecuentemente de España. A partir de ese momento su labor de seleccionar y comprar el vino, cuidarlo y conservarlo, confeccionar la carta de vinos, para posteriormente recomendarlo y ofrecer finalmente el servicio de mesa, la realiza, en los 37 años que lleva, de tal modo que le ha convertido en el sumiller más conocido y prestigiado de nuestro país.Conocí personalmente a Custodio, hace más de quince años, en los cursos de cata que realizaba en la ya tristemente desaparecida Bodegas Europa de Pozuelo de Alarcón, de mi amigo Celestino Prieto, y siempre me llamó la atención en él, dos cosas: el gran conocimiento que tenía de todos los vinos en general, pero sobre todo, la sencillez con que realizaba las catas y lo asequible que se mostraba en las mismas. Hablaba con el mismo entusiasmo de un gran vino, entendiendo éste como un vino de prestigio, y en consecuencia caro, como de un vino más humilde y menos conocido, siempre que gozara de la suficiente calidad para ofrecerlo. Recuerdo su comentario acerca de su oficio cuando decía: "recomendar un vino como un Vega-Sicilia o un Petrus, no tiene mérito alguno, lo meritorio es recomendar vinos adecuados y que no disparen la cuenta del comensal".Probablemente, además de sus acreditados conocimientos sobre el vino ampliamente demostrados, sea su forma de ser como persona; sencillo, cercano, amable, y generador de confianza, lo que, sin duda, ha agrandado su figura hasta convertirlo en un referente, y ser considerado nuestro sumiller por excelencia.