Saben que siempre se lo han preguntado. Lo hayan buscado ya antes o no, aquí la respuesta.
Cuando le pasas el cuchillo a la cebolla, rompes sus células. Al romper estas células se liberan unas enzimas (se llaman alinasas) que producen un gas llamado sulfóxido de tiopropanal.
¿Vamos bien o ya los perdí?
Ese gas se libera en el aire y al llegar a los ojos se produce un poco de ácido sulfúrico, que es lo que produce el dolorcillo. El cerebro sabe que hay algo en los ojos, está doliendo y entonces produce lágrimas para limpiarlo y deshacernos de eso. Todo esto en cuestión de segundos.
Claro que entre más cebolla piques, más gas se produce y más lágrimas nos salen. Peor aún si cortamos la base de la cebolla, que es donde se concentran más alinasas, las enzimas productoras del gas.
Tip: Pon la cebolla en el congelador un poco antes de picarla y las enzimas se mantienen en orden por más tiempo.
Y ese fue el dato inservible pero curioso del día.
Escrito por Fernanda Rodríguez del Peón