Ayer tuve la suerte de recorrer la exposición que la Tate Britain dedica a uno de sus más ilustres artistas ingleses, David Hockney, de la mano de su comisario Chris Stephens y no pude pasarlo mejor.
Nunca he sido una gran fan de su obra, aunque sus obras de Los Ángeles y sus retratos tan característicos siempre me habían gustado, sobre todo por la cantidad de distintas historias que cuentan de manera muy sutil; pero tenía una idea bastante limitada de su trabajo.
Ayer descubrí a un artista genial, totalmente libre a lo largo de su obra, sin miedo a enfrentarse al lienzo para plasmar todo aquello que se le ocurre, y por encima de todo a un magnífico pintor.
La exposición recorre su extensa trayectoria desde unas obras matéricas e informales de los 70´que nunca hubiera pensado que fueran suyas, hasta sus primeros años en EEUU, su pasión por la ciudad de Los Ángeles, sus experimentos con la fotografía y el vídeo y sus obras de los últimos años realizadas en las pantallas del iPhone primero y del iPad después.
Una sala dedicada a dibujos te muestra a un magnífico pintor, con una mano decidida y segura en cada trazo. Esta idea es casi más clara al ver sus pinturas en iPad, donde las correcciones son mínimas.
Yo tuve la suerte de descubrir su obra más en profundidad gracias a su comisario, pero aunque eso no es algo que pasa todos los días, seguro que lo pasas tan bien en tu visita.
Tate Britain, Londres. Hasta el 29 de mayo.