Jelínek marca una jugada ante Joseph - ACB Photo / Charly Mula.
Un grupo de niños corretea por los pasillos del Olímpic de Badalona. “Visca la Penya!”, gritan tres a la vez. “¡Hurra, Penya!”, prefiere el más alternativo. No sería extraño que alguno de estos renacuajos de las categorías inferiores del Joventut llegase al primer equipo. Es un club que mece y cuida a los jóvenes. El entorno en el que creció David Jelínek (Brno, República Checa, 1990), que llegó al júnior en 2007 procedente del BBK IVes Brno. El curso siguiente (2008-2009) ya jugó un partido con los mayores, en concreto, 1m 39s
ante el Bilbao Basket. Le dio tiempo para tirar dos veces, acertar una y forzar una personal. Mientras se fogueaba en el CB Prat, equipo vinculado, Jelínek jugaría la siguiente temporada hasta siete encuentros en Liga ACB y ya no se perdería ni uno los dos años siguientes con el Joventut. Pero el checo vio que necesitaba un cambio y decidió no aceptar la oferta de renovación del club para fichar por el Olin Edirne en el verano de 2012. Su paso por Turquía duró lo que tardó el Baskonia en seducirle. A mediados de enero se cumplirá un año de su llegada a Vitoria. Deja la maleta en el suelo y se sincera ante Cronómetro de Récords en su retorno a Badalona.
– Supongo que habrá sido especial volver a Badalona, tu casa, por segunda vez -la primera fue en marzo, el curso pasado-. Sí. Es mi casa. Me han tratado muy bien. Pero no puedo estar contento porque hemos perdido el partido (83-74).– ¿En qué has cambiado como jugador desde que te fuiste? ¿Tienes más confianza ahora?Puede ser. Porque desde que me fui de aquí he tenido diferentes roles en los equipos en los que he estado. El curso pasado estuve en Turquía, donde jugaba mucho con el balón. Después llegué a Vitoria, donde ya no jugaba tanto. Este año, otra vez, estoy jugando bastante, siendo un jugador importante y con confianza. – ¿Cuál es el principal aprendizaje que has hecho en este año y medio? Me refiero a como jugador, ya no entro como persona. Hay jugadores cuando fallan se comen mucho la cabeza. No sé si te pasaba a ti eso. Bueno... Podía ser, sobre todo [se comía la cabeza] cuando no jugaba. Ahora me siento un poco mejor. También porque me respetan las lesiones. Sinceramente, no creo que haya cambiado en alguna cosa específica, sino que he ido y voy madurando poco a poco. – Cambios de rol, de equipo… Eso es el básket. Toca acostumbrarse a lo que pida y quiera de ti el entrenador. Por ahora me siento bastante bien con lo que me pide Sergio. – En un equipo con varios jugadores importantes tienes que saber encontrar tu momento. Mainoldi se cansaba de anotar con el Fuenlabrada y aquí en Badalona, por ejemplo, ha anotado sus únicos dos tiros de la primera perte, dos triples. Uno puede ser anotador y llegar a un equipo donde ya no es la primera opción y que el entrenador le pida más cosas. Eso es lo que le pasa a todos los jugadores cuando cambian de equipo. – Si tuvieras que elegir a alguien del vestuario de Baskonia que te haya acogido con especial cariño en el vestuario. Tu mentor, tutor... ¿Quién sería? [Se ríe]. Es difícil. Con todos me llevo bien, pero puede que sea Tibor Pleiss. Nos llevamos bastante bien, vamos a comer y pasamos bastante tiempo juntos. – La irrupción de Pleiss ha sido muy importante. Cuando se lesionó Hamilton dio un paso adelante. Hoy no ha entrado en el partido con esas dos personales al principio, pero... Yo creo que todos dimos ese paso. Cuando hubo lesionados, el resto asumió lo que faltaba al equipo, ¿no? Solventamos la situación bastante bien. Ahora, con todos de vuelta, puede parecer que nos tocará empezar de nuevo. El objetivo no es otro que entrar bien todos en el equipo y en la cancha. – ¿Cómo es Sergio Scariolo?Sergio es muy específico [quizás quiera decir exigente], quiere que todas las cosas que nos pide se hagan como dice. Cuida muy bien los detalles y quiere que cada uno haga lo que le corresponde.