Su espíritu lo llevo primero al Benfica
Casi diez años después ese niño al que le dijeron que nunca podría crecer mide 1.90 centímetros, cuenta con un físico y es uno de los centrales más reconocidos de Europa. Stamford Bridge se ha rendido ante él y eso que su llegada a Londres se vio eclipsada por el multimillonario fichaje de Fernando Torres. “Es lógico que la gente se emocione más con la incorporación de un delantero que de un central“, afirmó el brasileño durante su presentación. Sin embargo, David Luiz ha tenido un impacto considerablemente mayor al de Fernando Torres en el Chelsea. Su rendimiento en el centro de la zaga ha sido impecable, y también ha firmado unos excelentes guarismos ofensivos, firmando dos goles en sus primeros seis meses como Blue, mientras que el español sólo logró uno.Y es que, además de destacar como un central solvente, atento a la marca y que no duda en ir al suelo cuando es necesario para abortar el peligro, David Luiz es también una peligrosa arma en faceta ofensiva. El defensa brasileño acostumbra a incorporarse al ataque en las acciones de estrategia y también con el balón en movimiento, sorprendiendo por sus descaro a las defensas rivales. Su privilegiado físico le permite recuperar la posición cuando un ataque rival le sorprende fuera de sitio tras una de sus habituales incorporaciones ofensivas. Esa calidad le permite además adelantar su posición al centro del campo. Rafa Benítez le situó varias veces en la medular durante la pasada temporada, y este curso es casi un habitual en el doble pivote para Mourinho. Durante estos años, su adaptación al fútbol inglés no solo se ha producido a nivel deportivo. También ha encajado fuera del terreno de juego, convirtiéndose en un icono del Chelsea y eso que tuvo problemas para dominar el idioma. “No hablo bien el inglés. Me ayuda mi novia. La necesito para ir a hacer la compra, para comer en los restaurantes y hasta para respirar”, bromea el brasileño.Su adaptación ha sido total. Y es que David Luiz ya es todo un experto en ello. Pasó de jugar a las diez de la mañana, con 40 grados de temperatura en el Vitoria a mudarse al Benfica, donde no lo tuvo nada fácil. Nada más llegar a Lisboa, en su primer aventura en Europa, sufrió una grave lesión que le obligó a pasar dos veces por quirófano y le mantuvo 18 meses alejado de los terrenos de juego. Pese a estos problemas iniciales, creció como un jugador indispensable en el Benfica, alternando todas las posiciones en la defensa y su enroscado peinado se convirtió en una de las señas de identidad del conjunto portugués.Tras triunfar en Portugal el Chelsea le ha permitido ascender el siguiente escalón en su carrera. Se ha afianzado como un habitual en la selección de Brasil, con quien sueña con ganar el Mundial de 2014, mientras lucha por grandes objetivos a nivel de clubes. El primero, ganar la Premier League, lo tiene complicado. El segundo, la Champions League, ya lo consiguió hace dos años. Y el tercero, la Europa League, llegó la pasada temporada. La Copa del Mundo es su siguiente objetivo. Hoy, todo representa un reto más, pero nada para el niño que no sabía crecer y acabó convirtiéndose en un gigante. Y todo por perseguir su sueñoEn Brasil es un titular fijo y ya ganó la Copa Confederaciones 2013
Fuente: futbolprimera