Tener en Gijón a una sidrería galardonada con el premio a la mejor fabada del mundo, aunque fuera en 2015, bien merece una visita. Además si al frente de su cocina tenemos a una guisandera de Asturias como Pili Ramos, pues la cosa mejora de forma exponencial. La sidrería Los Pomares, situada en la avenida de Portugal 68, junto a la estación "provisional" del tren. Es una sidrería de barrio, con un comedor bullicioso, abierto a la zona de barra, y amplia terraza exterior.
Para comenzar, pedimos algo de picoteo, unos chipirones afogaos, un pastel de cabracho y unas navajas. La ración de chipirones es amplia, acompañados de patata. Están correctos, pero nada destacables, el vino poco evaporado y el sabor de la patata muy flojo. El pastel de cabracho rico, bastante en la media de lo que suelen servir en sidrerías. Por ultimo las navajas flojas, ricas de sabor, pero algo duras.
Como no podía ser de otra forma, probamos la fabada. La ración me pareció muy escasa. La faba buena, pero el sabor del caldo muy flojo, como aguado, y con excesiva grasa para mi gusto. Es algo que no le aporta sabor y siempre está bien retirar un poco.
Después pude probar las carrilleras de ibérico, ricas sin nada que destacar y el rollo de bonito, fuera de carta, con buen sabor, sobre todo la salsa, aunque para mi gusto el bonito estaba demasiado picado. Ambas raciones amplias.
De postre un clásico que nunca falla como es el bombón de la Ibense. Para beber agua y sidra natural Roces, muy rica, escanciada. El trato del personal, perfecto, muy amable.
El precio fue de unos 26 € por cabeza. Con su curriculum y reconocimientos, tenia mayores expectativas, la verdad, y no me sorprendió en ningún aspecto. Una sidrería de la media. Para mi un tres lametones.