¡Hola a todos!
Me ha costado unos cuantos días pero ¡al fin he podido sentarme tranquilamente para mostraros cómo fue nuestra escapada a Dresden en Alemania! Esta vez fuimos con una única idea: disfrutar de los mercadillos navideños y de su ambiente, nada de prisas corriendo de un lado a otro para vez museos y monumentos (que alguno vimos, pero a nuestro ritmo). Aunque después de ver las fotos casi podría deciros que lo nuestro fue un tour gastronómico, no paramos de comer en tres días jajaja.
Y es que Dresden tiene, nada más y nada menos que ¡doce mercadillos navideños! Sí, sí, habéis leído bien, doce situados casi todos en el casco histórico, cada uno con su propio nombre y estilo y en los que venden comida y bebida durante todo el día ¡un peligro!. Además, como curiosidad, según ellos, el mercadillo central es el más antiguo de Alemania puesto que en 1434 ya se hablaba de él. Vamos, el paraíso para los que, como yo, les encanta la navidad :).
Así que nada más llegar nos fuimos directos al mercadillo principal, el Dresden Striezelmarkt, en busca de algo de comida. Nos decidimos por unas salchichas que nos dieron buena pinta, por que nuestro alemán es nulo jaja, unas bratwursts vom bauernhof con trocitos de patata. Estaban tan ricas (o teníamos tanta hambre...) que solo hicimos esta foto de refilón jajaja.
Pero tranquilos, que aquí os traigo otra foto para que veáis el tamaño que solían tener las salchichas ¿pequeñitas verdad? jaja Además, casi todas las hacían a la brasa así que os podéis imaginar el sabor taaan rico que tenían.
Y continuamos probando el vino tinto caliente o Glühwein. Nos sorprendió mucho su sabor a especias y la verdad es que entendimos por qué estaba todo el mundo tomándolo en todos los mercadillos ¡conseguía quitarte el frío sin esfuerzo! jajaja. Nos quedaba probar algo dulce, así que el chocolate lo probamos en forma de brocheta ¡las fresas estaban espectaculares!
La verdad es que es precioso simplemente pasear entre los puestos. Nunca había visto tiendas tan decoradas y con tantos detalles, que al final no sabías si mirar los tejados o lo que vendían jaja.
Y el ambiente festivo que se respiraba era tremendo. Todos los puestos llenos de gente reunida, comiendo y bebiendo mientras paseaban entre las tiendas. Y nosotros no íbamos a ser menos, así que también probamos una mezcla de buñuelos de vino y otros de pasas con azúcar que estaban riquísimos ;).
Aunque a simple vista lo parecía, las comidas saladas no solo consistían en salchichas (pero casi... jaja). Pudimos encontrar algunos puestos de empanadillas, pizza, paninis, comida vegetariana, oriental o estos panes hechos a mano y rellenos con queso y bacon que estaban riquísimos.
Una cosa que nos gustó del Dresden Striezelmarkt fue que estaba lleno de actividades, sobre todo para niños, como un cuenta cuentos o talleres para hacer galletas, máscaras y artesanías. Vamos, que podías pasar perfectamente el día y no aburrirte ni un minuto :).
En el August Markt, con puestos de comida más "internacional" tuvimos la oportunidad de probar un bollo húngaro, el baumstriezel, que lo preparaban enrollando una fina cinta de masa en unos cilindros de madera untados con mantequilla. El resultado era un bollo hueco, suave y muy rico al que le podías poner la cobertura que más te gustase, en nuestro caso las nueces, y nos lo comimos en un plis casi sin darnos cuenta jajaja.
¡Y no podía faltar el ponche de huevo! Encontramos un puesto en el que únicamente vendían ponches preparados en cazuelas de cobre y no pudimos resistirnos. No lo habíamos probado antes, así que elegimos el tradicional. Lo encontramos rico, con un sabor parecido a las natillas con un punto de alcohol... aunque al final nos llenó demasiado ¡y eso que compartimos una taza!
También vimos estas delicias de manzana en el mercado medieval, pero nuestros estómagos ya estaban más que llenos... Viendo las fotos ahora nos arrepentimos de no haberle dado un bocado a una :(.
Así que ya os podréis imaginar que, el Christstollen, su dulce típico navideño con pasas y fruta escarchada, nos lo trajimos bajo el brazo para disfrutrarlo tranquilamente en casa jeje.
Es un lugar muy recomendable para visitar en estas fechas. Si alguna vez tenéis la oportunidad no os lo perdáis, estoy segura de que os encantará.
Y aquí me despido de vosotros hasta la próxima ;)
Vino caliente especiado o Glühwein
Y ahora vamos a por la receta de este vino especiado
Ingredientes
- 1 botella de vino tinto afrutado
- 2 ramas de canela
- 1 anís estrellado
- 1 hoja de laurel
- 4 clavos
- 1 rodaja de naranja o limón
- 80 gr. de azúcar moreno
- 1 pizca de jengibre
Para preparar esta receta es muy importante que el vino nunca llegue a hervir ya que puede cambiar su sabor y acabar amargando al perder el alcohol. Comenzamos.
En una olla a fuego lento añade un poco de vino, lo justo para cubrir el fondo. Añade las ramas de canela, el anís estrellado, la hoja de laurel, los clavos, el jengibre y la rodaja de naranja.Remueve y deja que se cocine durante 5 minutos aproximadamente. Añade el azúcar y remueve. Cuando humee, baja el fuego al mínimo y déjalo al fuego una media hora.
Retira del fuego y ajusta el sabor añadiendo más azúcar si hiciera falta. Retira las especias y cuela el vino. Servir bien caliente.