Las personas que tienen dificultad para ganar peso no suelen ser casos fáciles, y aunque momentáneamente aumenten de peso, suelen volver a perderlo con facilidad.En primer lugar sería importante ver si realmente se necesita ganar peso. Puede que según los rangos de medida habituales como el IMC nuestro peso se clasifique como "peso insuficiente", pero ya comentamos en otras ocasiones que se trata de una medida muy generalista, que tiene en cuenta pocas variables y que se queda muy corta a la hora de hacer una valoración individual. Y que no todo el mundo entra en los rangos de lo que se considera normal o saludable. Hay personas que a pesar de estar sanas siempre tienen determinados valores alterados en las analíticas porque simplemente sus valores fisiológicos se salen de la media. También sucede con el peso corporal, como explicó en este artículo Julio Basulto.De esta manera, si una persona se encuentra bien, no tiene alteraciones analíticas y siempre ha tenido un peso similar, puede que no haya motivo para darle más vueltas al tema.CUANDO PREOCUPARSE
- Cuando la pérdida de peso haya sido brusca y sin un motivo aparente
- Cuando se deba a una pérdida repentina de apetito o a molestias gástricas o intestinales
- Cuando se deba a un aumento de la actividad física
- Cuando sospechemos que puede ser fruto de un TCA
- Cuando además de tener un peso bajo nos encontremos mal, cansados, sin fuerza...
En cualquiera de estos casos lo aconsejable es consultar con un profesional. Si la pérdida de peso sucede sin que hayamos hecho cambios de estilo de vida, o por falta de apetito es aconsejable visitar al médico para asegurarse de que no haya un trastorno físico que la esté causando, y en caso de que si lo haya, ponerle remedio. Si es por un aumento de la actividad física, una visita a un dietista o un dietista-nutricionista os puede ayudar a adaptar la ingesta a los nuevos requerimientos.
Si tenemos sospecha de TCA, el médico de cabecera podrá ayudar derivando a unidades especializadas en ese tipo de trastornos.QUÉ HACER
En el caso de querer aumentar el valor nutricional y calórico de la dieta, además de llevar una pauta de alimentación saludable, podemos:
- Aumentar el consumo de grasas saludables: una cucharada extra de aceite de oliva, aguacate en el bocadillo, semillas y frutos secos en las ensaladas o sobre la comida, una cucharada de tahina o crema de frutos secos en purés, sopas o salsas...
- Realizar pequeños tentempiés a lo largo del día intentando recurrir a alimentos de alta densidad nutricional (que aporten una buena cantidad de nutrientes, no solo calorías vacías). Buenas ideas son: frutos secos, fruta desecada, fruta fresca, yogures naturales sin azucarar (de leche o vegetales), bocadillos pequeños de pan integral con aguacate o tahina o tomate y aceite...
- Los batidos pueden ser una buena opción, ya que es fácil enriquecerlos con cremas de frutos secos, lácteos no azucarados o productos vegetales que los imitan, fruta, avena, semillas, cacao... y pueden ser más cómodos de tomar para algunas personas.
- No forzarse a comer si realmente no apetece nada. Pero cuando tengamos hambre, recurrir a alimentos adecuados, no a galletas, dulces y comida basura.