El telescopio espacial James Webb no deja de sorprendernos con sus descubrimientos. Mirando a la nebulosa NGC 346, que consiste en un grupo joven de estrellas rodeados de gas y polvo, el telescopio encontró focos de formación estelar nunca antes vistos.
NGC 346 se encuentra en una galaxia enana vecina a nuestra galaxia, concretamente en la Pequeña Nube de Magallanes. Tiene una composición mucho más cercana a la de las galaxias del universo temprano y primitivo, cuando la formación estelar estaba en su máximo apogeo. Al estudiar a NGC 346, los astrofísicos pueden aprender cómo podría haber sido la formación estelar temprana en galaxias lejanas. Con lo que es un gran campo de pruebas astrofísicas.
La sensibilidad del telescopio espacial James Webb le permite ver protoestrellas (estrellas recién nacidas) mucho más pequeñas que las observadas anteriormente. El telescopio puede incluso ver el polvo en los discos de gas alrededor de esas protoestrellas, cosa que nunca antes se había visto tan claro.
Esencialmente el telescopio está viendo los componentes básicos no solo de las estrellas, sino también de los posibles exoplanetas potenciales que las rodean. Esto podría conducir a saber si los planetas rocosos como la Tierra se formaron antes en el universo de lo que pensábamos en la actualidad, cosa que sería realmente sorprendente.