‘No importa cuándo ni cómo. Lo fundamental es que el fin de una experiencia única como la lactancia suceda del modo más natural posible’. Laura Gutman.
Tema peliagudo donde parece que todo el mundo sabe (hay mucho experto en la materia…), critica e intimida a la madre (la que nunca tiene ni idea de nada…) por amamantar a su hijo pasados los 4 o 6 meses justo cuando el pediatra (otro experto…) le pasa una lista con los alimentos a introducir ¡¿Cómo se come esto?! ¡Dios mío si apenas acaba de llegar al mundo!
‘Considero ‘accidental’ que un pediatra hable de alimentación. Los problemas ‘gordos’ vienen ‘por meterles la comida a la boca. Me considero un pediatra que casualmente se interesa por cuestiones que no son propiamente pediátricas.’ Dr. Carlos González.
Frases como ésta son el ‘pan nuestro de cada día’: ‘Ya con dientes y tú todavía sacando la teta en público…’. La lactancia prolongada sigue estando muy mal vista; se considera ‘antinutritiva’; se dice que malcría y vicia al bebé; y que es contraproducente para su salud física, mental y emocional y más cuando la OMS (experta en Organizar nuestra Mente Subliminalmente) es la que pregona, a los cuatro vientos, que debe ser exclusiva hasta los seis meses, complementaria hasta los dos años y terminado dicho plazo (sacado de la manga) hay que cerrar el grifo. Si, aún son muchos los que creen que tiene ‘más sustancia’ la alimentación a base de potitos pasteurizados (y ya no digamos la leche de fórmula) que la leche materna. Ya me hubiese gustado que mi madre me hubiera dado teta, por lo menos, los 6 primeros meses de mi vida. Lo curioso es que SI está bien visto y además nutritivo, educativo y beneficioso para la salud de tu hijo, darle el biberón hasta los cinco años… Aquí nadie dice nada, todo está bien.
‘La cuestión es que la escena de un niño y una madre que están juntos plácidamente extasiados en medio de la lactancia es algo que molesta. Mucho.’ Laura Gutman.
Todo el mundo se siente con poder, derecho y libertad para juzgar cómo estás alimentando y educando a tu hijo (lo hacen desde el mismo día del parto) atormentándote a diario: ¡Deja ya tanta teta que eso no alimenta y dale un buen cocido con su jamón que lo estás malacostumbrando!’
¡¿Malacostumbrando?! Ya lo que te faltaba oír, cuando tú lo haces con todo el amor del mundo. Personalmente no me afectan estos comentarios (aunque son bastante ‘cansinos’) pero sé que hay muchas madres que se sienten atrapadas entre sus emociones y los razonamientos ‘científicos’ y acaban cediendo su poder…
‘Completamente disociadas de nuestra intuición y de la relación íntima que hemos establecido con el niño, nos volvemos temerosas, inseguras, desconfiadas e infantiles. En lugar de preguntar a otros supuestos sabedores del tema cuál es el momento ideal para el destete, cada madre conectada con su esencia femenina podría cuestionarse: ¿Cómo me siento dando de mamar?, ¿cómo está mi bebé amamantado?, ¿disfrutamos?, ¿tenemos algún impedimento para continuar?, ¿crece bien y feliz?, ¿alguien resulta perjudicado?, si la gente se molesta, ¿no será a causa de problemas que ellos necesitan resolver?’ Laura Gutman.
Además de que nuestro entorno no apoya la lactancia materna, y mucho menos pasado el año de edad, lo que está claro es que la teta engancha. ¡¿Cómo no va a enganchar?! Un día probé unas gotas de mi leche y, sinceramente, estaba riquísima, ni muy dulce ni agria, en su punto de dulzor, un manjar de los dioses. Seguro que tanto a tu hijo como a mi hija su teta (si, la teta es suya) le sabe a gloria y aquí no hacen falta expertos para corroborarlo.
Llevo exactamente 21 meses dando teta a demanda y desde el principio me han estado presionando para abandonar, tanto por mi salud (mucho gasto energético) como por mi hija (malacostumbrarla, no llevar un horario fijo de comidas, mi leche no es suficiente…). Todo por el bien de nuestra salud… Es muy fácil desde fuera. Es muy fácil decir: ‘Déjalo, ya has dado suficiente teta.’ Tal vez los que se sienten con tanta libertad para presionarnos a ‘cerrar el grifo’ deberían escribir un libro de instrucciones que bien podría llamarse ‘Cómo dejar de dar teta y no morir en el intento’ porque parece que lo saben todo y, sinceramente, es muy fácil decirlo pero muy difícil dejarlo.
Si de golpe y porrazo cerrase el chiringuito, estoy convencida de que sería un gran trauma para mi hija y, de rebote, para mi. No podemos jugar con las emociones de nuestros hijos ni tampoco con las nuestras tan a la ligera.
‘He visto miles de madres que han dado el pecho menos tiempo del que querían («yo no tenía leche», «no ganaba peso», «me dolía mucho», «lo tuve que dejar»…), pero nunca he visto a ninguna que quisiera dar el biberón y no lo consiguiera («como no engordaba con el biberón, al final tuve que ayudarle con el pecho, y claro, se acabó enviciando y el biberón ya no lo quería…»). ¡Eso no ocurre jamás! La que quiere dar el biberón, lo da, siempre le funciona, lo puede hacer durante años. Pero la que quiere dar el pecho muchas veces tiene problemas, y se enfrenta con críticas de la sociedad. Lo que quiero decir es que cada madre pueda decidir libremente lo que quiere hacer, y llevarlo a la práctica’. Dr. Carlos González.
Personalmente creo que sería muy duro, muy duro tanto para tu hijo como para ti ya que se crea un vínculo muy estrecho que, en el fondo, en tu inconsciente, no quieres romper, no quieres dar el paso, todavía, a su autonomía e independencia aunque ya no sea tan bebé… Pero puede más el exterior, puede más el mundo ajeno a ti, puede más la sociedad repleta de entendidos en la materia láctea que tu instinto, tu intuición y tu parte de mujer-madre sabia. Aunque el verdadero vínculo estrecho es el que tiene el bebé con su teta (si, te recuerdo, su teta)… La pena es que ni la teta ni el bebé tienen voz y voto en este dilema lácteo.
‘El manejo autónomo de la lactancia en cuanto a su modalidad y duración, y en cuanto al placer y al contacto que provocan en sintonía con el mundo interno femenino, es un asunto íntimo. Es decir, no incumbe a nadie más que a la madre y al niño. Todas las opiniones deberían quedar en calidad de lo que son: opiniones’. Laura Gutman.
Estoy convencida que mi hija ni se le pasado por la cabeza dejar su teta. Espero que cuando ella tenga voz y palabra podamos hablarlo y que me cuente, mejor dicho, que le cuente a su teta. No sería la primera niña que habla con su teta.Son muchas las madres que se sienten cansadas, agotadas, desbordadas, agobiadas, estresadas, enfadadas (valen todos los adjetivos acabados en -adas)… Si eres una de ellas, y quieres dejarlo, te recomiendo que lo hagas de manera progresiva, donde no aparezca el drama, paso a paso, sin tensión aunque si no hay aceptación por ambas partes, lo más seguro es que será bastante doloroso el proceso…
Se puede empezar por ir alargando las tomas hasta dejar sólo la de la noche. Si, la reconfortante toma de la noche en la que el bebé necesita todavía ese calor, ese dulzor, como cuando, de adultos, nos hacemos un tazón de leche caliente con cacao y galletas antes de dormir o tomamos nuestro trozo de chocolate (y si nos descuidamos la tableta entera). ¿A quién añoramos? Añoramos a mamá, añoramos mimos, en definitiva, buscamos Amor.
Y aún seguirás oyendo: ‘¡¿Pero no decías que habías decidido dejar de dar teta?! Te sigue tomando el pelo, lo estás malcriando’. Lo que está claro es que nadie (nadie más que tú), sabe la relación que hay entre una madre lactante y su hijo ya que cada pareja madre/hijo es única.
‘El destete debería ser espontáneo, y cada díada mamá-bebé tendría que manejarlo en tiempos muy personales.’ Laura Gutman
‘El fin de la lactancia debe ser cuando madre e hijo quieran. La edad normal del destete debe estar entre los dos años y medio y los siete.’ Dr. Carlos González.
No es mi cometido juzgar si está bien o mal dejar de dar teta ya sea a los 6 meses como a los 7 años de edad. Aquí, lo importante es que la elección que haga la madre sea propia, única y libre sin intermediarios ni interferencias mediáticas, ésa sería la mejor elección.
En mi caso, será mi hija la que decida el cómo, el cuándo y el por qué. Como el caso de Joaquín, donde una noche, antes de acostarse, su mamá le iba a dar de mamar y le dijo: ‘Ya está, ya crecí’ (criandoconamor). Así que no sé si será dentro de un mes o dentro de un año. Eso ya depende de ella.
Sé que hay muchas madres que, forzadas por los medios, dan el ‘lechazo’, así por las buenas, sin avisar, y es cuando aparecen los traumas del hijo, por haber ocurrido algo tan inesperado que era vital en su rutina diaria y, además, los arrepentimientos de una madre que, tal vez, no estaba tan segura como creía o no era el momento pero la presión externa pudo más. Nos dejamos manipular en muchos sentidos y a todos los niveles pero normalmente sólo somos conscientes de ello una vez pasada la ‘crisis’.
Y lo curioso es que las madres que les ha sido imposible amamantar darían lo que fuera por dar teta hasta el final sin ningún tipo de remordimientos, culpas, presión ni tensión.
‘El destete es una experiencia relativa a la lactancia, al vínculo amoroso, a la historia y a la experiencia de cada díada, y por lo tanto sería ideal que sucediera del modo más natural posible. No importa cuándo ni cómo… porque de todas maneras…en algún momento, va a suceder’. Laura Gutman.
‘El problema es que, durante un tiempo, algunos expertos han hecho recomendaciones antinatura: No han dicho «no améis a vuestros hijos» ni «la libertad es mala», pero si les han recomendado tratarles como si no les amasen («no le acunes, no le acaricies, no le des de comer cuando tiene hambre, no le consueles cuando llora…», o como si la libertad fuera una desgracia («¡que no se salga con la suya!»).‘ Dr. Carlos González.
Por cierto, los japoneses, que parece que quieren recuperar el tiempo perdido, han sacado una nueva moda: ‘Con el fin de prevenir algunas enfermedades y combatir el estrés del día a día, la nueva tendencia entre algunos magnates asiáticos es consumir leche materna humana.
La revista Southern Metropolis Daily publicó un reportaje en el que evidencia cómo la excéntrica tendencia ha dado origen a una nueva industria que recluta madres primerizas para abastecer la demanda. Los clientes pueden optar por consumir leche materna directamente de los pechos de las mujeres, pero siempre se puede beber de un extractor si se sienten incómodos, explica uno de los directivos de Xinxinyu Household Service Company, una de las agencias que ha hecho de la nueva tendencia un negocio. ‘Un buen número de nuestros clientes contratan a mujeres para asegurar un suministro de leche materna fresca todos los días’, relata la publicación.’
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com