Revista Tecnología

Deus Ex jugado por un Retard

Publicado el 29 diciembre 2010 por Portalgameover
Deus Ex / Ion Storm - Eidos Interactive/ PC

Deus Ex / Ion Storm - Eidos Interactive/ PC

Estaba cansado de escuchar cada dos por tres frases del tipo: “Deus Ex cambió el concepto de libertad en los videojuegos”, “cada vez que se nombra a Deus Ex alguien lo instala”, “Con Deus Ex llegó antes al orgasmo que con 4chan”. Bueno, puede que algunas de estas frases no sean del todo ciertas, pero veis por donde quiero ir. Yo, ni tonto ni perezoso, me lo compré en una de estas ofertas de Steam. Un pack: Deus Ex: Game of the Year Edition1 y Deus Ex: Invisible War, que supongo que es una expansión del primero al no llevar un 2 en ninguna parte.

Descargo e instalo el Deus Ex de las narices y, en los títulos de crédito, va y usan la misma canción que nuestro compañero Cris_Ro_Lan en su sección de LevelUp. ¡Malditos! ¡Mira que coger la misma sintonía que Cris!

En fin, tras este susto inicial me voy a opciones y cambio la resolución. Esto de tener que cambiar de resolución y elegir los efectos que queremos es tan de los 90. Tengo que reiniciar el juego para guardar los cambios, todo son comodidades con el PC, y le doy a nueva partida. De refilón veo que hay opción de tutorial, pero a ver, hace diez años que no hago ningún tutorial, soy un hombre curtido en mil batallas. Mientras me sigo riendo de los tontos que hacen los tutoriales elijo un personaje, y le doy habilidades. Jugar sigiloso parece correcto. Pues adelante.

Pequeña cutescene introduciendo la historia y ale, ya podemos jugar. Estamos en un muelle que nos conduce a la Estatua de la Libertad. ¡Qué típicos estos americanos! Seguro que acabamos visitando el pentágono o alguna instalación super-hiper-mega secreta. Toco un poco por encima las teclas sospechosas habituales y adelante, parece que en esto del control no ha cambiado tanto después de todo. No me da tiempo a doblar la esquina que un compañero del gremio, del gremio de los men in black supongo, me da tres armas a elegir. ¡DÁMELAS TODAS! –pienso. Se ve que era Catalán. Como a tozudo no me gana nadie, sigo con mi intención de ser sigiloso y elijo la ballesta que aturde a los enemigos y…  Me da igual. Ballesta y adelante.

Cambiando la historia. A cañonazos.

Cambiando la historia. A cañonazos.

Dejo atrás a este compañero rata y veo que al fondo hay una especie de Metal Gear. No me ataca. Supongo que lo tendrán para asustar al personal y que no se acerquen. Paso corriendo por si las moscas y me encuentro en el jardín bajo los pies de la gran señora de la libertad. ¡CUIDADO, ENEMIGO A LAS 12! Veo a la izquierda una estatua, corro a esconderme tras ella, parece que no me ha visto, no estoy del todo seguro, selecciono la ballesta por si las moscas y… y… nada. Definitivamente no me ha visto. Asomo un poco la cabeza y… ¡ZAS! ¡Me ha visto! Disparo de la ballesta y no hace nada, me voy a la izquierda, tiro que me pega, la ballesta sigue sin estar cargada, me vuelve a pegar otro tiro, ¡¿PERO ES QUE LA PUTA BALLESTA NO HACE NADA?!, intento cambiar de arma, otro tiro. Muerto. La cámara se pone encima y empieza a dar vueltas riéndose de mí. Espero un minuto y veo que no sale ningún menú. Puede que le tenga que dar yo. Pulso escape y no veo la opción de cargar el último checkpoint. Un momento. ¿El juego no guarda automáticamente? Toca volver a empezar.

Esto es casi igual de malo que ver las luces rojas. E igual de frecuente.

Esto es casi igual de malo que ver las luces rojas. E igual de frecuente.

En mi memoria surgen recuerdos de cuando le di a nueva partida. Había otra opción, ¿no? Algo del pasado. Ah, claro, el tutorial. El maldito tutorial. Pues nada, me tendré que tragar el orgullo y hacer el tutorial de marras. Por si no fuese suficientemente humillante, en los primeros 5 minutos te enseñan a moverte, abrir y cerrar puertas, a mover cuerpos de sitio (¿Lo acabaré usando?). O cosas igual de divertidas como aprender a disparar cada arma. Y cuando digo cada arma es que el tutorial consiste en llegar a una habitación. Coger el arma. Leer un rollo sobre el uso del arma. Disparar a unos objetivos. Esperar a que se abra una puerta y dejar el arma. Carga. Y vuelta a empezar. Tras quince minutos de tutorial te ponen un sencillo puzzle para que pongas a prueba todo lo que has aprendido.

El puzzle es muy sencillo: Tienes un Metal Gear patrullando un puente que debes accionar y cruzar. Confiado me pongo a ello y me escondo tras un barril a la espera que el Metal Gear pase a mi lado y poder ir tranquilamente a bajar el puente. Mi dedo resbala del teclado y me ve. Mierda. Doy vueltas como un tonto a un pilar para que no me mate mientras rezo un par de Ave Marías. El robot se aburre de buscarme y aprovecho ese instante de desconcierto para llegar al puente. Al estar malherido el personaje se mueve más lento. Eso no me lo habíais enseñado en el tutorial, ¿eh? Pese a eso, y pese a que el bípedo me volvió a ver mientras llegaba al puente, conseguí pasarme el tutorial.

He aprendido la lección. Me dejo de tonterías Splinter Cell y me doy todas las habilidades de vida. Vuelvo a empezar la partida y, el tonto Catalán, me vuelve a ofrecer tres armas. Esta vez me quedo con el cañón super-mega-potente capaz de cargarse Metal Gears. Entro en el jardín debajo de la abuela de la libertad y, fue en ese momento, en el que descubrí el verdadero sentido del videojuego. Esperando a que el primer guardia se diese la vuelta, curioseé el inventario y vi que sólo tenía 5 balas, el cañón de destrucción masiva y un cuchillo. Ahh, el cuchillo, el verdadero protagonista de este juego. Me preguntaba si sería efectivo. No sé como llegué a dudar de él. El guardia se giró, fui corriendo a su espalda y… ÑA, ÑA, ÑA muerto. Madre de dios. Con tres cuchillazos puedo matar a los guardias. En ese momento el juego bajó brutalmente de dificultad. Podía pasear tranquilamente por el jardín. Si veía a un guardia un poco despistado un poco de –ÑA,ÑA,ÑA- y muerto.

Por mucho que corras el cuchillo siempre gana.

Por mucho que corras el cuchillo siempre gana.

Pero, no es todo oro lo que reluce. Tras seguir un poco en la trama, encontrarme con cierto personaje en el puerto y entrar en la estatua de la libertad allí me he quedado. ¿Demasiada dificultad? Puede. ¿Cansado? Bastante. Y es que tras 73 minutos jugados no he llegado ni a la mitad de la primera fase. Y lo que es peor, no tengo ganas de volver a tocar este juego.

Para concluir, a Deus Ex no le han sentado bien los años. Hay muchos juegos que ya han superado al que antaño era su Maestro y han perfeccionado la jugabilidad antaño tan frustrante.  O puede que la culpa sea mía. Puede que sea demasiado Retard para este juego.

Puntuación: Esto no era un análisis, retard.


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