Revista Cultura y Ocio

Devoción peruana o lo mágico religioso, por Humberto Pinedo Mendoza

Publicado el 31 octubre 2013 por Javier Flores Letelier

Es sorprendente que en nuestro país lo mágico-religioso sea sinónimo de milagro o de que Dios es peruano. Los antropólogos, historiadores y sociólogos están de acuerdo en que el sincretismo cultural multiétnico que se ha formado en nuestra identidad es muy relevante y particular. De acuerdo con una simbiosis social que nos convierte en mesiánicos, pastores, milagreros o santos. Es decir nos hemos convertido en providenciales como en muchos pueblos y estados del Brasil y Puerto Rico.

La población católica que existe en nuestra patria se identifica con su fe tradicional desde 1535. Si tus padres son católicos lo tendrás que ser tú. Un fundamentalismo irracional y no interpretativo para la formación de los niños. Una religión que condiciona la vida de las personas mediante el pecado o el dogmatismo como instrumento de conversión.

Las llamadas “Buenas Nuevas” escritas después del 100 d.C. y en el siglo III reconocidas como religión por el Emperador Constantino. Luego los obispos de todo el mundo se reunieron para determinar con cuántos evangelios o papiros se quedaban. De 36 quedaron 4. Es decir se inició el culto a lo sobrenatural o lo mágico-espiritual como lo sostiene Mauss. Todo se justificaba por la fe.

Así llegó a España y en la Edad Media se juntaron documentos judaicos y cristianos y algunos cantares y apologías religiosas que seguían desordenadas hasta que se inventó la imprenta y se estructuraron estos papiros en forma de libro y mediante capítulos. Con esta documentación los chapetones llegaron a América y capturaron al inca Atahualpa en Cajamarca. El padre Valverde le entregó la llamada Biblia y como el inca no sabía en qué consistía dicho texto lo tiró al suelo.

Los invasores españoles llegaron al Tawantinsuyo con los curas explotadores y se dedicaron a destruir todas las deidades de los antiguos peruanos. La lucha entre la cruz y el sol. Es decir se inicia la extirpación de las idolatrías desde Huarochirí J.J. Vega, Luis Milllones y Pablo Macera. La cultura andina creó sus propios iconos religiosos y le rindieron culto a la Pachamama y al pago a la tierra. Aunque hubieron congregaciones como la de los jesuitas que fueron muy progresistas para su época y se dedicaron a la educación de españoles y nobleza india. Por ser muy independientes de la corona fueron erradicados de toda América.

El famoso “Taky Onkoy” fue una rebelión de indígenas en favor de sus creencias. En Parinacochas los andinos simulaban que adoraban a los santos cristianos y seguían rindiendo culto a sus huacas. J.J. Vega. Esta simulación religiosa trajo como consecuencia el Tribunal de la Santa Inquisición que fue la etapa más criminal de la intolerancia religiosa católica contra judíos, moros y protestantes. No nos olvidemos que la mayoría de las construcciones de templos y conventos en la mayoría de los pueblos indígenas fue realizada a punta de látigo por los curas.

Fue en esa época en que los esclavos negros también crearon sus deidades mitad africano mitad español. El culto al Señor de Pachacamillac o el culto al lienzo pintado por un esclavo de Angola. Se formaron cofradías y procesiones. Enfrentándose las procesiones del Corpus Christi con la del Señor de los Milagros que era un culto muy festivo. Como diría Pablo Neruda de visita a Lima esta procesión era una muchedumbre morada que el efecto del sahumerio les enardecía los corazones de sus fieles.

Ingresamos a la República y el ritualismo católico se internalizó en los pueblos por la evangelización. Los vemos en los templos y conventos, en los pueblos como con sus artesanías y metalurgias, con sus fiestas patronales en donde las danzas y el vestuario se ha convertido en un sincretismo cultural de cada pueblo. El señor de Cuchuy por del Señor de los Temblores, cada una de estas deidades se identificó con los mágico-religioso de sus identidades pueblerinas como diría Luis Iberico en el pensamiento mágico de los pueblos o con lo mágico-religioso como sostiene Luis Millones.

En cambio en la selva a pesar de la evangelización de los franciscanos y dominicos esta no tuvo mucha influencia por las comunidades indígenas porque todavía siguen creyendo en sus deidades mitad hombre mitad naturaleza. Es decir un animismo entronizado en sus almas como lo plantea el antropólogo Lowie.

 

SINCRETISMO Y EVANGELISMO

Debido al desprestigio de la iglesia católica y el culto a la tierra del poblador andino este poblador campesino reaccionó de otra manera. Necesitaban una nueva conducta de fe reivindicadora y tribal y que yo denomino mágico-religioso porque creen en seres sobrenaturales condicionados por sus impotencias racionales o científicas.

Este sincretismo tiene que ver con lo doctrinario de su religiosidad y con la práctica de su realidad. Es decir se metamorfosean para crear una cristiandad andina como lo sostenía Felipe Fuenzalida o Silva Santisteban en sus sesudos trabajos de antropología o sociología.

Fue en ese momento en que las corrientes protestantes ingresaron a la evangelización en las poblaciones andinas como en los pueblos jóvenes urbano marginales. Necesitaban un dios peruano con la máscara de un Mallqui antepasado. Comienzan a cuestionar al Papa, a los santos y a los sacerdotes y toman partido de su religiosidad bíblica como en la época del cristianismo primitivo.

Así se crearon sectas religiosas en los mercados, en las cárceles, en los cuarteles y en los centros de esparcimiento. Esta religiosidad cristiana andina se propagó en la vida del migrante en la ciudad. Es decir sectas formadas en el siglo XVIII por pastores norteamericanos calaron fuerte en la idiosincrasia de estos pueblos ávidos de justicia social.

Lo interesante de estas sectas es que la mayoría de estos fieles alucinados creen haber conversado con Dios y que han recibido algún milagro. Desde el punto de vista moral esta actitud de respeto a sus semejantes del migrante andino es positiva y justificable, pero desde el punto de vista racional y evolutivo se han convertido en un estado de ánimo humano mágico-religioso peruano. Pasamos de lo anecdótico de nuestros pueblos a un comportamiento cultural providencial. Qué nos deparará el destino religioso de estos grupos humanos. Esperamos que se plantee una revolución popular en estos grupos de fieles como lo planteaba el padre Gutiérrez en la Teología de la Liberación.

 
Sobre el autor

Humberto PinedoHumberto Pinedo Mendoza (Lima, 1947) Ha publicado cuatro libros de poesía: Olguita Amando, Topus, Avizor y Convulsión. Libros de Historia Rostros y Rastros del Callao y La Historia de San Miguel. Incluido en la Historia de la Literatura Peruana de Augusto Tamayo Vargas, César Toro Montalvo y José Beltrán. Ha sido Presidente de la Casa del Poeta del Callao en 1992 e integrante de Gleba Literaria. Incluido en los suplementos dominicales del Comercio y Ojo y en la revista Olandina. Como Periodista ha trabajado en el diario Expreso, Ojo, Oriental el diario Callao y el Faro. Ha sido columnista de las páginas de Historia y Cultura de los diarios del Callao. De acuerdo a los críticos literarios Wolfgang Lutching, César Toro Montalvo y Augusto Tamayo Vargas el poeta Humberto Pinedo practica una poesía concreta de gran significado y sensibilidad social.

 
Referencia biográfica

http://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Pinedo


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