En primer lugar, diré lo que no me gusta. Me pena lo inadecuado de ese logo blanco sobre verde menta que dice “Diagonal Sur” en una especie de cartelón más propio de una compañía de seguros que de esa hermosa muestra. No se quien hizo el diseño pero es una lástima, pareciera una imagen equívoca y poco adecuada para dar marco a la exhibición. Claro que se trata de un tema opinable…
Otra instancia es que la muestra se publicita como “Las obras de los mejores artistas de los últimos 30 años ….”. En el comunicado ofrecido a la prensa nunca se nombra a Esteban Tedesco, propietario de las piezas, y mecenas aunque tal vez se pensó que no hacía falta porque era algo sabido entre los cercanos al ambiente de la plástica. La omisión, en todo caso alcanza al público no especialista pero es relevante; la muestra es importante, tanto para los artistas participantes como para el lugar, -el Centro Cultural Borges- lo es para el coleccionista y en realidad para todos, porque es una gran oportunidad de ver un conjunto representativo de nuestro arte reciente.
Gabriel Chaile. El principio de la belleza está en el fin de la misma, 2011. InstalaciónLo que pretendo señalar es que considero que curatorialmente, hay una gran diferencia entre salir a seleccionar artistas entre todos los posibles y luego pensar que obra sería la más representativa y de alguna manera resumen de estos últimos 30 años y otra muy distinta, elegir entre las opciones que ofrece una única colección de 1200 obras y elegir entre ellas, casi 400. En primera instancia porque de haber sido una elección abierta podría hablarse de graves omisiones y luego, porque es diferente, es un trabajo de otro carácter cuyo esfuerzo de todas maneras es digno de mérito. Creo que sería preciso señalar que necesariamente ese resumen que se ofrece contiene la mirada del coleccionista y evadir ese dato me parece incluso degradante hacia la importancia de la muestra. Tiene la subjetividad de una sola mirada y por lo mismo, es un dato central que ayuda a entender la armónica línea entre la diversidad. Quiero aclarar que coincido mucho con las pulsiones de posesión de Tedesco, y recorriendo la exhibición entiendo porque tiene muchas de sus obras. Es realmente una excelente selección entre las muchas posibles, y la colección tiene muchas más obras que las que se muestran, pero no deberían vender gato por liebre. No hace falta, porque lo que gusta -y mucho- es que la mirada de ese coleccionista ha sido increíble sobre muchos artistas y hay numerosas obras más que representativas de cada uno de los artistas que eligió; muchas de ellas en gran formato: ciertamente Tedesco no le teme a las grandes escalas y así como posee aproximadamente 1200 obras, ha adquirido o recibido piezas que tal vez nunca pueda colgar y que le exigirían una escala monumental a cualquiera de los sitios de los que disponga y muchas de ellas tienen una espléndida escala museológica que no muchos de sus pares estarían dispuestos a abordar.
Matías Duville. Back to the lost garden, 2009. Acrílico sobre aglomeradoConsidero que el curador Phillippe Cyrulnick ha hecho un muy buen trabajo de elección sobre este patrimonio, asimismo, es muy plausible el montaje en el que ha encontrado analogías insólitas y preciosistas, que hacen que la mayoría de los artistas se luzcan.
Recomiendo que la visiten más de una vez, da un gran placer recorrer las salas (se utilizaron todas) y apreciar tanto talento y variación en muchos de nuestras artistas. Es cierto que cada cual podría hacer su resumen de estos últimos 30 años y que hay artistas muy importantes de la escena que no están, pero con todo, vale la pena y el conjunto es más que recomendable. En referencia a Esteban Tedesco, se puede decir que sus ojos replican muy gratamente la necesaria precisión que le es necesaria para su profesión de cirujano.