Cuarenta minutos en metro nos separan del Palacio de los Deportes de Madrid, sede de una competición que da prestigio al baloncesto nacional, y que es una muestra de sana convivencia entre distintas aficiones. Una vez allí toca paseo por los alrededores, donde las carpas de los patrocinadores ACB ofrecen actividades con un denominador común. Todas cuentan con una canasta.
Los niños disfrutan del entretenimiento mientras que nos cruzamos con aficionados con camisetas negras, amarillas, rojas, blancas, azulgranas, verdes y moradas. Los abonos surten efecto y se notará el colorido en la grada. Una oportunidad para todos de ver buen baloncesto.
Al intentar acceder al recinto nos llevamos una pequeña sorpresa. No se puede entrar con bocadillos ni con botellas de plástico de cierto tamaño. Lo de la botella lo imaginaba, pero lo del bocata no lo esperaba. Hay grupos que utilizan las cercanías del recinto para apurar el pan juntado con chorizo, queso o jamón, y otros que sacan de bolsas de establecimientos de comida cercanos sus sandwiches. Tenemos tiempo suficiente.
Vaciados de carga "prohibida" entramos y buscamos nuestro asiento. Esquinado pero con una visibilidad excelente. Gracias Silvia. A nuestro lado dos hermanos que vienen de Granada y que viajan a los lugares donde huela a basket. La Copa es el destino perfecto.
El partido que abre la competición es Blancos de Rueda Valladolid-Power Electronics Valencia.
Primer partido
Los pucelanos ya habían obtenido su premio. El llegar a la Copa hace justicia a una temporada hasta ahora de ensueño. La hinchada morada, a nuestra derecha, grita más que una apagada afición "taronja", que aguarda su momento para más adelante.
El balón vuela y los primeros minutos reflejan un tanteo igualado, con una aguerrida defensa pucelana. Mucha pelea bajo la zona.
Los puntos de Claver sostienen a los valencianos, mientras que los argentinos del Blancos de Rueda aglutinan las opciones de ataque vallisoletanas. Las tres faltas de Eulis Báez suponen un lastre difícil de superar, como se verá posteriormente. Stanic dirige con pundonor a los morados y el francés De Colo da muestras de su clase, sustituyendo a un Omar Cook timorato a la hora del lanzamiento pero que asistió a sus compañeros con eficacia.
Por la defensa empieza todo, y el juego interior construye o despedaza una victoria. Barnes y Slaughter no pueden frenar los minutos de gloria del lituano Javtokas, que se mueve en zapatillas y albornoz por la zona pucelana. En forma y centrado este chico es una amenaza en la pintura. No siempre ha sido así.
Los puntos van cayendo del lado naranja y sólo unos tímidos intentos liderados por Diego García hacernsoñar a los de Porfirio Fisac en una remontada que no se produjo. Los escorzos y gesticulaciones del entrenador del equipo de Valladolid no sirven para motivar a los suyos. La diferencia de tanteo es insalvable y los minutos que restan se convierten en una losa. Hay que terminar con dignidad. Gran partido de Víctor Claver, impetuoso encarando el aro y generoso con sus compañeros. Buen líder. 60-83 y Blancos de Rueda enfila la A-6 de vuelta a casa.
Ante nosostros casi una hora de espera que aprovechamos para caminar y cruzarnos con Walter Szczerbiak, Clifford Luyk, Ferrán Martínez o Emiliano. Clásicos donde los haya.
Y cerca de los servicios contemplo una confraternización de la que muchos políticos podían tomar ejemplo. Gente vestida con distintos colores haciendo cola en los lavabos pacíficamente, desafiando las medidas de seguridad que separan aficiones, y citándose después del partido para tapear por Madrid. Lo dicho, un ejemplo.
Segundo partido
Minutos antes del inicio del Real Madrid-Gran Canaria 2014 la hinchada amarilla chilla su simpático "Pío-pío". Los canarios habían seguido en silencio el primer partido. La afición blanca, aletargada. Responderán más tarde. Un recuerdo desde la grada para el lesionado Savané es el preludio de un gran choque. Cumplió con las mejores expectativas.
Arranca el segundo encuentro con igualdad. Los jugadores canarios aportan una intensidad al juego que les hace ponerse por delante. Wallace, Spencer y sobre todo Carroll suman puntos. La dirección deportiva del "Granca" funciona y ficha muy bien.
Messina mueve el banco buscando unas respuestas que no terminan de salir. Velickovic no toca la tecla que el italiano quiere y le sienta a los tres minutos. Mal asunto. Fischer se pierde en las protestas a los árbitros y su dominio bajo canasta simplemente no existe. El voluntarioso Wallace le come la tostada una y otra vez. Los canarios se crecen al ritmo de las canastas de Carroll. ¿Se irá el chico de las zapatillas azules a un grande el año que viene?
La dispersión de la grada parece confundir a algún jugador madrileño, que no encuentra su sitio. Salvo un par de acciones defensivas, Tucker no suda en exceso. Al Real Madrid le mantiene la anotación del talentoso y energético Llull, que logra despertar a la zona del graderío ocupada por los aficionados el equipo blanco.
De pronto, sucede algo que cambia el sentido del partido. Una serie de acertadas acciones defensivas de Tomic con su eco en la zona contraria y la aparición de Mirotic redirigen el rumbo del encuentro.Con los dos equipos parejos la cosa está entre el incansable Carroll y un Sergio Rodríguez que toma el mando de las operaciones. El "Chacho" se convertirá en la clave con sus puntos para crear una distancia en el marcador que los de Pedro Martínez no pueden neutralizar.
Excelente choque digno de una ronda superior. El Real Madrid se enfrentará el sábado al Power Electronics Valencia.