Revista Vino
Tras una noche en vela, sin duda influenciado por la lectura recién terminada de La vida simple de Sylvain Tesson (libro muy recomendable); y con la presencia, que nunca me deja, de Nani Moretti (Caro diario) y su linfoma de Hodgkin (película muy recomendable), decido que el Cuaderno de Mallorca de 2013 se convierta en un diario. Cada día suceden cosas, cada día las anoto (en mi cabeza, en una libreta a ratos). Voy a tirar de memoria y de notas y a escribir sobre lo que más me apetezca, vinos, mercados, recetas, restaurantes, lugares, personas, situaciones...Lo que me venga a la cabeza, cuando me ponga a escribir. Sin filtrar ni estabilizar. No sé si os gustará, pero me apetece hacerlo así este año. Tengo la sensación de que las cosas ya no volverán a ser igual. Los "niños" crecieron y se me antoja imposible volver a arrastrarles para pasar unos días en la isla. Y las cosas están cambiando y lo harán más. Un diario me permitirá un registro más en primera persona que, esta vez, siempre será la misma. Estáis avisados...si no apetece el planteamiento, ¡es el momento de abandonar la lectura!
5 de agosto. Me gusta coger el barco solo. Viajar a Mallorca: siempre que puedo, en barco. Cuando existía Iscomar, eran los más grasientos, olían mal pero me llevaban a remotas travesías en mercante. Pura imaginación, Conrad, pero eran los que escogía. Ahora es otra empresa, con tripulación italiana y bandera española, aunque todas las referencias en el barco son a Bari. Me gusta Bari, es tan decadente y hermosa como Brindisi, como Messina, como Lecce, como este barco de nombre imposible, Visemar One...Llego pronto. Los aires del puerto de Barcelona al anochecer siempre me han atraído. Acomodación: la más barata. El coche va bien, yo en cubierta no pierdo detalle de las maniobras y cuando me doy cuenta, el overbooking ha pasado sobre todos los asientos decentes de la cafetería. Decido dormir en cubierta. Por supuesto, no duermo. A ratos en una tumbona de plástico, a ratos en el suelo, reparto mi tiempo entre los grupos de jóvenes, el mar que se nos traga y el cielo que se abre generoso, con la Vía Láctea más lechosa que nunca.
6 de agosto. La noche en vela pasará factura, pero todavía disfruto de la llegada a la bahía de Palma. El horario me ahorra la visión de la tierra quemada por los incendios y justo cuando atracamos, se abre el día desde Cabrera. Antes, la llegada coincidía con el primer sol sobre la catedral, un edificio que me tiene el corazón robado. Ya no. Hay que esperar un poco. Solía hacerlo desde el único bar que queda en el Pòsit de Palma, pero estaba cerrado. No poder comer mi primera ensaimada me pone de mal humor...No cambiará hasta que, por la tarde, decido acercarme a la bodega de Toni Gelabert, en el camí de son Fangos, ante el cruce a Son Macià (terme de Manacor). El saldo de vinos interesantes del supermercado donde tomamos nuestras provisiones no frescas es decepcionante. Salgo sin vino...Pero Toni y su mujer me lo arreglan en un periquete. Algunas botellas de su vino joven Eloi 2012 (callet, cabernet sauvignon, merlot y syrah) y una de su Blanc Selecció 2011 (macabeo FB). Me quedo sin Son Fangos rosat 2012, vendido por completo y sin botellas en la bodega. Entrar en su casa, respirar ese ambiente, charlar un rato y salir con vino bueno, me reconcilian con todo. Cena de pa amb oli y una botella de Eloi 2012: un breve paso por madera resalta su austeridad. Se nota la fruta (sobre todo, la callet y la CS, en el fondo el merlot, que no me gusta mucho), pero es un vino más trapense que benedictino. Se agradece ese primer trago. 7 de agosto. Miércoles, día de mercado en Santanyí. Uno de nuestros preferidos: sabemos donde comprar buena fruta y verdura, buenas aceitunas, buen embutido (Obrador). Cargamos con todo el producto fresco que nos apetece, incluídos estos fantásticos tomates "cor de bou" de un payés de Manacor. Tengo tantas ganas de pescado fresco para la comida que cometo un error de principiante. Entro en el edificio (antiguo mercado) donde trabajan las dos pescaderías de Santanyí. A la izquierda, una señora mayor, a la derecha una pareja de jóvenes. Quiero comprar y se me nota tanto que soy guiri, que la anciana se ceba conmigo: me dice que los calamares de potera son a 23€ (por otra parte, extraordinarios...) y me los cobra a 30€ cuando ya están preparados. Pido boquerones y cuando ya he pagado, escucho que me los ha cobrado más caros que a un señor del pueblo que ha comprado tras nosotros. Lo dicho: si vais a Santanyí a comprar pescado, no lo hagáis con la señora mayor. Engaña cuanto puede. Pero me apetecía tanto esa fritura de calamar y boquerón...Limpio todo en casa, lo preparo y paso un buen rato en la cocina. Nos han engañado pero disfrutamos del género con el Blanc Selecció 2011 de Toni Gelabert, un macabeo en pureza, FB. Se le nota el paso por madera todavía, pero tras una buena ventilación saca un brío y una energía grandes, una presencia en boca con buena acidez y flor de tilo y de manzanilla a mansalva. Es un blanco que vivirá años y acompañará, incluso, a buenos arroces con caza (tipo paloma torcaz).
A la vuelta del mercado, disfruto de la carretera de Santanyí a Felanitx por Cas Concos: me gusta mucho ese paisaje y sus curvas y laderas. Jonathan Richman y su Icecream Man al aparato y a todo trapo. Alguien se asusta...en el cruce de Cas Concos casi me come un camión de reparto...No puede uno bajar la guardia al volante. Cruzo Felanitx por el camino del cementerio y voy flechado a 4 KilosVinícola. Están muy cerca de Son Grava, son otra de mis grandes bodegas de referencia y, además y sobre todo, me caen muy bien. Saludos, besos y al grano: Xesc no está y charlo un buen rato con Eloi Cedó, Sistema Vinari, que trabaja también en la bodega. Cuando estuve en junio, su Château Paquita, que acababa de salir del fudre y estaba reposando en inox, me llamó la atención.Y quería que mi primera sobrasada del Obrador y el primer pan moreno de Ca'n Figaseca fueran con su vino. Nos ponemos de acuerdo enseguida en el precio: me regala una caja de ese 2012. Él es feliz de regalar a un amigo bebedor su vino (pronto saldrá al mercado: ya avisaré) y yo, más contento que unas pascuas de debutar con él. Segundo objetivo: el impresionante igloo (rectangular...) de paja que Xesc Grimalt se ha inventado para poder almacenar dos depósitos de inox en condiciones, 10 mil litros que ya no cabían en la bodega. Con las chaquetas de frío del inox y la conservación natural de la temperatura en un interior de paja, ¡el invento funciona de maravilla! Dos gatos pequeños, de precioso color gris marengo, completan el paisaje.
8 de agosto. Hoy he dormido con Château Paquita 2012 por primera vez en mi cuerpo. El nombre del vino lo puso Eloi en honor a su madre. 2010 le gusta mucho (monovarietal de cariñena), pero yo no lo he probado todavía. Lo haré pronto...2012 no tiene nada que ver, pero lo disfruté mucho. Fue una sorpresa y así la viví: 40% callet, 40% mantonegro, 15% monastrell y 5% syrah, estas dos últimas vinificadas con maceración carbónica. 9 meses de fudre. Sin filtrar, sin más estabilización que unos días en inox, y embotellado en la primera semana de junio de 2013. La mejor descripción que se me ocurre: fue como tener el Regnié de Charly Thévenet en la copa, pero hecho en el sur de Mallorca y con mayoría de uva de aquí en vez de gamais del Beaujolais. En breve, esto quiere decir que me gustó mucho: es un vino fragante pero sin grandes discursos, fresco y ligero, directo, oscuro y de trago fácil, con mirto, frambuesa y corazón vegetal, restos mínimos de carbónico. No sé cuantas botellas saldrán a la venta, pero el hacedor del Cantamanyanes en su Tivissa natal, ha dado con una buena receta en su Felanitx de adopción. Esto sí es un tinto de verano, caramba.